Durante su corta pero intensa vida, William Dobson disfrutó de un éxito sin igual. Hijo de un artista decorativo de moderado éxito y vida disoluta, también llamado William, Dobson parece haber heredado los genes libertinos de su progenitor. Dos acontecimientos ayudaron a catapultarle a la fama y la fortuna: el fallecimiento de Anthony van Dyck, el pintor de la corte, en 1641 y el estallido de la Guerra Civil inglesa al año siguiente. Tras la muerte de Van Dyck, Dobson fue nombrado su sucesor, el primer artista nativo en ostentar ese cargo. En 1643, cuando el avance de la guerra obligó a Carlos a trasladar su corte a Oxford, Dobson le siguió. Su estilo se caracterizó por el vigor, la buena factura técnica y la veracidad de sus representaciones. Esto supuso una ruptura con la escuela retratista de Van Dyck y su tendencia a la adulación. El anticuario y autor de Vidas Breves, John Aubrey, lo describió como “el mejor pintor que Inglaterra haya criado nunca.” Cuando Oxford cayó en manos de los parlamentarios en junio de 1646, la estrella de Dobson se apagó tan rápidamente como se había encendido. Privado del patrocinio real, cayó en desgracia, fue encarcelado, y murió en la pobreza, con sólo 36 años, ese mismo año. Este admirable autorretrato, es uno de los lotes más brillantes del catálogo de esta venta que se celebra hoy en Bonhams Londres, y sale a pujas entre 240.000 y 350.000 euros.