Los grabados de Andy Warhol basados en Munch nunca fueron editados, y sólo existen en variantes en caprichosos colores. ¿Andy Warhol y Edvard Munch? La figura urbana, moderna y excéntrica de Warhol no nos casa con la imagen que tenemos de Munch como un ser solitario, tranquilo y profundamente melancólico. Sin embargo, ahora sabemos que detrás del personaje público de Warhol, deliberadamente artificial, había un hombre tímido y huidizo. Por improbable que parezca, pudo haber sentido una afinidad con el alma torturada de Munch. Sin embargo, lo que más le atraía de las creaciones del noruego era su fama. En la década de los 80, obras míticas del arte moderno se transformaron en mercancías reproducidas en masa para ser consumidas como carteles, recuerdos y baratijas. El grito se volvió un icono del pop como Marilyn Monroe, Mickey Mouse o Superman. No es ilógico por tanto que Warhol escogiera a Munch para esta colaboración póstuma. Al manipular y serializar estas imágenes, que habían sido trivializadas mediante su reproducción masiva, Warhol nos hace experimentar de forma renovada su fuerza emocional. La litografía que licita Phillips el 21 de enero, El grito (después de Munch) de 1984, pertenece a una edición pequeña, no numerada, de extravagantes variantes de color. Sale a pujas entre 275.000 y 410.000 euros.