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    Un regalo regio

    Felipe V (1683-1746), el primer Borbón español, se enorgullecía de ejercer su autoridad sobre un imperio “sobre el que no se ponía el sol”, con valiosas posesiones en las Américas y una posición estratégica en las Islas Filipinas. Habiendo crecido en la corte francesa, estaba familiarizado con la porcelana y las sedas chinas, que eran lujos codiciados y exóticos en esa época, y era consciente de la importancia que tenía el Galeón de Manila, la ruta comercial que unió Asia, América y Europa, que llevaba activa casi un siglo y medio. En Manila se embarcaban especias de Ceilán, Molucas y Java; seda, marfil, porcelana, lacas y madreperlas de Amoy (actual Xiamen) y Japón; alfombras, tapices y prendas de algodón de la India y el sudeste asiático.
    El rey dedicó una atención preferente a sus posesiones de ultramar designando un buen número de ministros reales encargados de hacer cumplir sus decretos. Entre los más influyentes se hallaba Fernando Valdés Tamón, nombrado Gobernador y Capitán General de Filipinas en agosto de 1729. Valdés Tamón estaba íntimamente relacionado con el comercio español con China, que se realizaba principalmente en los mercados de Manila. En su hoja de servicios figura la aplicación de una controvertida Orden Real de 1734 que permitió incrementar la importación de seda china a España (que enojó a los comerciantes locales). Esta orden también elevó el valor del cargamento permitido de los galeones de Manila con destino a Acapulco hasta el medio millón de pesos y para el retorno a Nueva España al millón de pesos. Al parecer Valdés Tamón fue quien encargó esta extraordinaria pareja de jarrones que lucen el escudo de armas de Felipe V. La urna de flores que los decora -única en la porcelana china de exportación- recuerda la pintura floral holandesa del siglo XVII que estuvo en la colección real española durante el reinado de Felipe V. De hecho, su segunda esposa, la reina consorte Isabel Farnesio, tenía en el Palacio Real de La Granja (Segovia), un bodegón de Clara Peeters que recreaba una jarra de flores parecida. Estos jarrones, valorados entre 240.000 y 350.000 euros, son un testimonio del esplendor de la corte de Felipe V y saldrán a pujas el 4 de julio en la sede londinense de Christie’s.

    Jarrones

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