La flora ha tenido una presencia constante a lo largo de la historia del arte y no ha perdido su notoriedad en la época actual, como demuestra la exposición Después de la niebla, primeras flores, organizada conjuntamente por Casa Asia y Casa Vicens. La muestra, que toma su título de unos haikus de Matsuo Basho, hace dialogar a 24 artistas contemporáneos, con la temática floral como hilo conductor. La nómina de creadores invitados incluye a españoles, como Antoni Muntadas, Joan Fontcuberta, Paula Anta o Marina Núñez; asiáticos como Yasumasa Morimura, Noboyushi Araki o Takashi Murakami; y latinoamericanos como Cecilia Paredes. Permanecerá abierta hasta el 1 de enero en Casa Vicens.
Ya en la antigua Grecia, las flores eran una parte esencial de la vida diaria y la religión, y en el Renacimiento eran un símbolo de belleza y de perfección natural. En el siglo XVII el arte floral se convirtió en un género popular en Europa, y en particular durante el Barroco adquiere un importante protagonismo, como fue el caso de los bodegones florales del Siglo de Oro español o la pintura flamenca de los Países Bajos hasta el siglo XVIII. Durante el XIX el arte floral experimentó una revolución con el movimiento impresionista pues sus artistas comenzaron a incluir flores y plantas como elementos decorativos en sus paisajes. En Asia, la presencia de las formas vegetales, flores y plantas, se remonta también hasta la antigüedad, sobre todo en la pintura ornamental y posteriormente en la de paisaje clásica en China y Japón.
“Esta exposición es una manera de tender puentes entre Oriente y Occidente con propuestas artísticas que tratan de no caer en los tópicos que han contribuido negativamente a la construcción de Oriente desde una perspectiva colonial”, explica su comisaria, Menene Gras, “la temática floral no es un pretexto, sino el centro de este proyecto, en el que convergen las imágenes producidas por sus autores, pensando en el culto a la naturaleza que la literatura propicia y arropa históricamente desde la antigüedad”. [Hasta el 1 de enero. Casa Vicens. Carrer de les Carolines, 22-26, Barcelona]