Gustavo Torner (1925) formó parte junto con Gerardo Rueda y Fernando Zóbel de la denominada «escuela conquense», que protagonizó uno de los primeros intentos de institucionalizar el arte moderno en nuestro país, con la fundación del Museo de Arte Abstracto Español. En los años 60, periodo al que pertenece Siena apergaminado su obra se hizo más compleja en su afán por conseguir mayor expresividad. En este cuadro, realizado con óleo, látex y feldespato, se percibe el “mundo equívoco y borgesiano” del que hablaba Zóbel en el que se confunden realidades y apariencias. Este lienzo, que parte de 15.000 euros y conserva el marco del siglo XVII original que le puso el artista, encabeza la oferta contemporánea de Fernando Durán los días 27, 28 y 29 de octubre.