A lo largo de la Edad Media la figura de la Virgen María se fue construyendo hasta convertirse en el modelo ideal de feminidad: la doncella virginal que es a la vez madre amorosa, humilde “esclava de su Señor” y reina de los cielos (“Regina coeli”). El Maestro de Arévalo, activo en esa ciudad abulense entre finales del siglo XV y principios del XVI, recreó en estas dos tablas pintadas al temple y con un suntuoso fondo de oro que realza toda la composición, dos episodios fundamentales en la vida de la Madre de Dios: su nacimiento y desposorio. Esta pareja de pinturas, que formaron parte de la Colección Weibel, se encuentran ampliamente referenciadas y salen a pujas el 10 de diciembre en La Suite como lote único valorado en 100.000 euros.