Esta penetrante descripción del filósofo presocrático griego Heráclito es un notable ejemplo de la bravura y brillante naturalismo que hizo del valenciano José de Ribera, El Españoleto, uno de los más importantes pintores del Barroco. Conocido como ‘el filósofo oscuro’ o ‘el filósofo llorón’, por su pesimismo, sus máximas más conocidas (“todo cambia y nada permanece”; “no es posible bañarse dos veces en el mismo río”) aparecen grabadas en el marco de este cuadro En esta obra de madurez, fechada en 1634 que sale a pujas hoy en Dorotheum valorada entre 200.000 y 300.000 euros, Ribera se esfuerza por captar los matices de una personalidad poderosa. Su rostro y manos están ajados por el trabajo duro, pero no hay atisbo de decrepitud sino de dignidad.