Concebida en 1884 y esculpida entre 1901-1902 en un solo bloque de mármol, La eterna primavera de Rodin se halla entre las representaciones más perfectas de dos amantes abrazados. Se cree que esta escultura es la quinta de las diez tallas en mármol conocidas del tema, y fue distinguida en 1906 en la biografía de Frederick Lawton como la mejor de la serie. Hace más de dos décadas que no aparece un mármol de Rodin en el mercado por lo que la salida hoy a pujas de esta pieza en Sotheby’s Nueva York, valorada entre 7 y 11 millones de euros, levanta gran expectación. Fue encargada por el diplomático alemán Hellmuth Baron von Lucius Stoeten, amigo íntimo del poeta Rainer Maria Rilke, quien desempeñó un papel clave entre el escultor y el mecenas, en el encargo de este mármol. La intrigante historia que esconde La eterna primavera alude a Paolo y Francesca, los míticos amantes de Dante condenados a pasar la eternidad encerrados en un torbellino de pasión. Más adelante Rodin declaró que mientras trabajaba en esta estatua escuchaba la Segunda Sinfonía de Beethoven. Sin duda la pasión y el romanticismo del gran compositor alemán dejaron su impronta en esta majestuosa escultura.