“Grandiosa, ambiciosa, vertiginosa” son los calificativos que ha merecido esta muestra que compila un conjunto de 80 esculturas que expresan la fuerza creadora insondable de un creador, Picasso, que no dejó nunca de innovar. Las esculturas exhibidas dialogan con lienzos, cerámicas, fotografías y objetos artísticos de su colección privada. Picasso se acercó a la escultura con la libertad de un artista autodidacta, listo para romper todas las reglas. Esta actitud le hizo desarrollar un profundo aprecio por sus piezas tridimensionales, que poblaban sus casas y estudios, como atestiguan las fotografías. Las trataba casi como miembros de su familia, disfrutaba de su compañía y se divertía recreándolas en distintos materiales y situaciones. [Cabeza de mujer, 1962 © Succession Picasso – SABAM Belgium 2016]
