La relación que tuvo Picasso, un hombre de su tiempo y a la vez alguien fuertemente apegado a sus raíces, con las artes y tradiciones populares se explica a través de 270 piezas. El hilo conductor son los encuentros del artista con varios artesanos cuyo experto conocimiento enriqueció su propia experiencia además de espolear su afán por investigar. Así, Picasso realizó sucesivas incursiones en los dominios de la madera (Paco Durrio), la cerámica (Suzanne y Georges Ramié en el taller Madoura), la orfebrería (François Hugo), el linóleo (Hidalgo Arnera), el cine (Robert Picault), los textiles (Marie Cuttoli) y la forja (Lionel Prejger). Este proyecto también resalta la importancia de ciertos motivos recurrentes en la obra de Picasso, como el circo, las corridas de toros, o la música. [Pablo Picasso, Mandolina y clarinete, Otoño, 1913. Musée Picasso-Paris / Foto © RMN-Grand Palais (musée Picasso de Paris) / Béatrice Hatala © Succession Picasso 2016]