Heredera de una familia ligada a la banca de Hong Kong, Pearl Lam se reencontró con sus raíces chinas tras vivir en Occidente. Ser consciente del rico legado cultural de su país le hizo convertirse en adalid del arte contemporáneo chino. Hoy es una de las mujeres más influyentes del mundo del arte. En menos de dos décadas, ha pasado de organizar exposiciones en galerías efímeras a contar con tres suntuosas sedes en Hong Kong, Shanghai y Singapur en las que pone en práctica su misión: tender puentes entre Oriente y Occidente. La ‘reina de Asia’ –como la han bautizado los medios- nació en Hong Kong cuando ésta era aún una colonia británica, y eso le hizo asumir inconscientemente una mentalidad colonial. Solo después de haber vivido una larga temporada en Estados Unidos y Reino Unido comprendió hasta qué punto había minusvalorado su herencia china. Recién graduada por la universidad, regresó a su país natal y comenzó a hacer sus pinitos en el mundo del arte. “Después de mis primeros diez años viviendo en el país y recorriéndolo de punta a punta, empecé a definirme por primera vez como ‘china’ y me sentí orgullosa de mi cultura y profundamente avergonzada de mi anterior mentalidad colonial. Basándome en mi propia experiencia personal, puede confirmar que China es malinterpretada en Occidente, y viceversa. Siendo la economía que más rápido crece del planeta y teniendo en cuenta su creciente influencia global, es importante instruir al mundo sobre la cultura china y promover el diálogo entre mi país y el resto de Asia y Occidente. China posee cinco mil años de historia y tradiciones, es dueña de una espiritualidad única que conecta a la naturaleza y el alma humana de una forma singular.” En esta entrevista, la prestigiosa galerista, que participa este mes en la feria Tefaf Maastricht, nos habla de su odisea personal en el mundo del arte. [Retrato Pearl Lam. Cortesía Pearl Lam Galleries]. Vanessa García-Osuna
¿Cómo surge su interés por el arte? Comenzó cuando era jovencita, como consecuencia de las clases de pintura que tomaba.
Como principal promotora del arte contemporáneo chino. ¿Cómo ha evolucionado este mercado, qué movimientos percibe en la escena artística de Asia? En la década de 1980, la libertad de expresión estaba profundamente coartada en China. En 1989, Gao Minglu comisarió la primera exposición de arte contemporáneo que se había celebrado nunca en un museo importante, el Museo Nacional de Arte de China, y a pesar de que en aquella época todavía no existía un mercado, los artistas estaban tremendamente emocionados de que el gobierno apoyara el arte contemporáneo. En la década de 1990, los curadores de museos internacionales comenzaron a visitar China y en el año 2000 ya habían comenzado a coleccionar arte contemporáneo chino. A mediados de la década del 2000, el arte contemporáneo chino llamó la atención del mundo entero, en gran medida debido al inapreciable apoyo de las casas de subastas. Ahora los coleccionistas internacionales se están tomando muy en serio nuestro arte contemporáneo, tanto es así que me atrevería a decir que entre el 50 y el 70% de ellos tienen algún ejemplo en sus colecciones. En cuanto a la escena del arte asiático, el arte contemporáneo producido, ya sea de Japón, Hong Kong, Corea, Indonesia, Australia o incluso si se incluye la región del Pacífico, ofrece algo realmente interesante, debido al diálogo cultural. Existe una gran producción creada en respuesta al arte contemporáneo occidental, así como a consecuencia de la propia evolución cultural de un país. Creo que muchos de los coleccionistas norteamericanos y europeos están empezando a descubrir las diferentes subculturas del arte asiático.
En su círculo de amistades hay famosos artistas. ¿Podría compartir algún recuerdo especial? Uno de lo más preciados fue el de conseguir que el artista Zhang Huan dirigiera la ópera Sémele escrita por George Friedrich Händel en 1743. Fue algo increíble, ya que este artista nunca antes había tenido relación con la ópera occidental, y yo me impliqué para que conociera al director de una productora que era amigo mío. Al final Zhang transformó radicalmente la ópera de Händel convirtiéndola en una historia china. Ver como del encuentro de dos personas puede nacer algo tan inspirador fue absolutamente maravilloso.
Las cuestiones relacionadas con la identidad, desde un punto de vista politico, cultural y personal, son recurrentes en la obra de los artistas a los que representa. ¿Cómo influye su propia historia en el diálogo que usted mantiene con estos autores? Como china nacida en Hong Kong, que fue educada en el extranjero, en el Reino Unido, tengo experiencia de primera mano de lo que es la vida “entre culturas” y el reto de tener que adaptarse a las nuevas situaciones culturales. Me identifico con artistas como Zhu Jinshi y Su Xiaobai que se expusieron a formas de pensar distintas cuando se mudaron a Alemania para estudiar. Para mí, es interesante ver cómo estos creadores combinan sus raíces culturales con diferentes influencias para originar nuevas formas de arte. Además, al haber pasado la mayor parte de mi tiempo fuera de China, me interesa aprender sobre la cultura china, que es mi propia herencia y la de los artistas con los que trabajo. He adquirido un conocimiento más profundo sobre las filosofías chinas que son una influencia notable en el arte de muchos de mis artistas. Las cuestiones relativas a la identidad personal son universales y saltan por encima de las barreras culturales. Todos nos planteamos las mismas dudas existenciales sobre quiénes somos y por qué estamos aquí.
Usted ha sido testigo de la explosión cultural sin precedentes vivida en China y Hong Kong. Lo cierto es que desde las Olimpiadas de Beijing de 2008, creo que todos los que formamos parte del sector de la cultura no dejamos de preguntamos a nosotros mismos y unos a otros ‘¿qué significa el concepto de ‘chino contemporáneo’?’ Es una cuestión muy general pero que se refleja significativamente en el arte. Lo primero que hicimos fue fijarnos en los dibujos a tinta y la pintura experimental con tinta, porque, a fin de cuentas, la pintura china con pincel se ha extendido por toda Asia. Mi galería hizo una exposición sobre este tema en 2007, y lo que encontramos fue emocionante, algo que trascendía del concepto de tinta y pincel – era toda la filosofía que había detrás de ella. Es decir, la filosofía del taoísmo, el budismo y el confucianismo. Estas líneas de pensamiento son evidentes en todos los géneros del arte contemporáneo chino, ya sea la pintura, la escultura o la performance, y son las mismas raíces que se encuentran en la antigua caligrafía china. Cuando eres consciente de esto, te das cuenta de por qué la abstracción china sigue creciendo. Realmente no tiene nada que ver con la abstracción occidental, es independiente, y está relacionada con la filosofía china antigua.
¿Qué debe tener una obra para atraerle? Experimento el arte de forma visceral, y siempre me emociono cuando veo algo que me conmueve.
Es también una reconocida coleccionista, ¿qué obras son las más especiales? Es difícil discriminar una obra respecto a otras. Todas están unidas a una experiencia: la de coleccionar y de tratar de aprender sobre el artista. Por ello, cada obra es valiosa para mí.
¿Qué aspectos contribuyen hoy al éxito de un artista? El éxito se mide por una combinación de factores: que sus obras estén en colecciones de museos internacionales, que realice exposiciones individuales en museos y cuente con el respaldo académico. Pero, por supuesto, los artistas también deben verse apoyados por la demanda del mercado. Estos elementos juntos crearán un futuro sostenible para un autor. Si un artista sólo tiene el aval académico y del museo, pero carece del apoyo del mercado, entonces los precios de sus obras serán siempre bajos. Si el artista únicamente cuenta con el sostén del mercado o de la fuerte demanda que experimentan sus obras, pero recibe un soporte insuficiente por parte de los museos, el entorno académico
y los coleccionistas renombrados, entonces sus credenciales son insuficientes, y puede que su mercado no sea sostenible a largo plazo. En el caso de los coleccionistas noveles, a menudo su confianza depende de la marca del artista. Naturalmente ellos sólo compran obras si han oído hablar de los artistas. Estos compradores principiantes a veces, y es algo comprensible, carecen de la confianza necesaria para adquirir trabajos de artistas de los que no han oído hablar antes. Pero, por supuesto, lo primordial es la calidad de la obra, independientemente de la marca.