Parcours des Mondes, el salón internacional dedicado al arte tribal y asiático, celebra su 15ª edición desde mañana hasta el 11 de septiembre convirtiendo al emblemático barrio parisino de Saint-Germain-des-Prés en el edén del amante del arte no occidental gracias a la presencia de 60 anticuarios internacionales que exponen valiosas piezas de culturas ancestrales de África, América, Asia y Oceanía.
El público podrá deleitarse con exposiciones temáticas como la organizada por Yann Ferrandin, sobre la peluquería en las sociedades tribales, que descubre curiosos objetos valorados entre 1.000 y 100.000 euros. El anticuario Donald Ellis, una autoridad en arte nativo americano, presenta un modelo de tipi cheyenne hecho con piel de búfalo y pigmentos, datado hacia 1860, por el que pide 130.000 euros. Los coleccionistas de arte precolombino quedarán subyugados ante la visión de una Diosa del Maíz azteca, una cautivadora escultura en basalto rosa preciada en 65.000 euros.
El esplendor del Antiguo Egipto se evoca en un espectacular pectoral (1,5 x 3,9 cm) en forma de ave con las alas desplegadas, realizado en oro y cloisonné hacia el año 663 a.C [en imagen]. Lo pone a la venta por 40.000 euros Lucien Viola, hijo del célebre marchante Maurice Nahman, y miembro de una conocida saga de anticuarios fundada en 1890. Viola, director de la galería L’Ibis, con sedes en Nueva York y Marrakech, es uno de los expositores más veteranos del evento. También merece una visita el anticuario parisino Christophe Hioco que busca dueño para una cabeza de bodhisattva de la cultura Gandara, del siglo III-IV, preciada en 38.000 euros, y que a pesar de sus exiguas dimensiones (24 cm) desprende un innegable poder magnético. Hioco mostrará también un sugerente repertorio de arte indio y nepalí antiguo además de bronces de la cultura Dong Son.
El contingente de galerías especializadas en arte asiático es notable e incluye a personalidades como Max Rutherston, marchante experto en el netsuke japonés, y a Gregg Baker, que brinda un suntuoso biombo de la época Meiji (h. 1900), preciado en 28.000 euros, que recrea, sobre un fondo dorado, a un dragón (ryu) surcando las nubes.
Jacques Barreré ofrece una de las piezas más sobresalientes de esta edición: un sensacional Buda sentado realizado en esquisto; esta estatua creada entre el siglo I-II es un ejemplo del refinado arte greco-budista que floreció en la región de Gandara, lo que hoy es Afganistán y Pakistán; y Eric Pouillot brinda una deliciosa terracota china de la dinastía Tang (618-907) que plasma a una voluminosa matrona que sostiene a un niño en su regazo, que ha sido tasada en 45.000 euros.
La presencia española en el evento se circunscribe a dos anticuarios catalanes, David Serra, que ha reservado para la cita una enigmática figura Bembe (Congo) preciada en 25.000 euros; y Guilhem Montagut que exhibirá una estatua ecuestre Yoruba, oriunda de Nigeria, tasada en 40.000 euros.