Junto a Van Gogh, Edvard Munch fue el precursor del expresionismo y su impacto en el devenir del arte moderno es incontestable. Ambos artistas recurrieron al género del paisaje como vehículo para expresar estados internos de la persona. Al representar la naturaleza de una manera individual, interiorizada, Munch siguió la tradición del ‘stemningsmaleri’, o ‘pintura del estado de ánimo’, característica de los países nórdicos hacia finales del siglo XIX.
El 14 de noviembre en Nueva York Sotheby’s pone a la venta Muchachas en el puente, un lienzo pintado en 1902, en un momento emocionalmente turbulento aunque altamente productivo de la vida del artista noruego. Recordando su propia inestabilidad emocional en la época en que creó este cuadro, el artista escribió a su amigo Jens Thiis, en 1933 “… aquellos años, desde 1902 hasta la clínica de Copenhague [en 1908], fueron los más infelices, los más difíciles y, sin embargo, los más trascendentales y fructíferos de mi vida”. Desde el primer momento en que Muchachas en el puente se expuso en público se volvió enormemente popular; el pintor ya se la había prometido a Olaf Shou para sustituir a una que había acabado destruida durante un naufragio, pero le escribió a su tía Karen: “qué lástima haberla comprometido, podría haberla vendido otras veinte veces más.” Esta composición, que fue una de sus imágenes más célebres, ocupó siempre un lugar especial en su cabeza. El rico simbolismo de Muchachas en el puente está relacionado con el Friso de la vida, en el que Munch recrea las etapas de desarrollo de una mujer joven, desde la pubertad hasta la madurez, profundizando en los temas del despertar sexual y la mortalidad.
Esta obra ha salido a subasta en dos ocasiones anteriores estableciendo sendos records: 7 millones de euros (1996) y 28 millones de euros (2008); en esta ocasión su estimación ha sido fijada en torno a los 45 millones de euros; recordemos que Sotheby’s ya vendió en 2012 una de las cuatro versiones de El grito, que alcanzó los 109 millones de euros.
Simon Shaw, co-director del Departamento de Arte Impresionista y Moderno de Sotheby’s, aseguraba: «La importancia de Edvard Munch en el arte del siglo XX no puede subestimarse. Fue un pionero y recientes exposiciones museísticas han emparejado su trabajo con el de artistas como Vincent Van Gogh, Robert Mapplethorpe, Louise Bourgeois, Jasper Johns y Andy Warhol, poniendo de manifiesto que su genio brilla hoy más que nunca.”