En 1998, el galerista David Zwirner se dejó caer por la Berlin Art Fair a la busca de nuevos talentos que incorporar a su selecta nómina de representados que incluye ‘titanes’ como Jeff Koons, Richard Serra o Yayoi Kusama. Mientras recorría los stands, su mirada se detuvo ante unos delicados dibujos que parecían beber tanto del comic como del surrealismo, y hasta de las estampas goyescas. Su autor era Marcel Dzama (Winnipeg, 1974) un artista canadiense de 23 años que hasta entonces sólo había participado en una colectiva en Los Ángeles. Cautivado por la extraña fantasía que irradiaban sus obras, Zwirner le apalabró allí mismo una exposición en su espacio del Soho para la siguiente primavera. Su debut neoyorkino levantó tanta expectación que la cola de invitados daba la vuelta a la manzana. Desde su casa de Brooklyn, en la que ha pasado el confinamiento con su mujer, su hijo pequeño y su gato, habla sobre Pink Moon su reciente exposición online con David Zwirner, inspirada en sus recientes viajes a Marruecos y México. Impenitente viajero y amante de la poesía de Lorca, Dzama explica que “en este proyecto, he tratado de ofrecer un equilibrio entre la representación y la realidad de lo que veía, moviéndome, al mismo tiempo, hacia la abstracción con un toque de surrealismo.” [Jorge Kunitz. Foto: Zhi Li. Cortesía del artista y David Zwirner]