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    Madola, un fuego milenario

    La Fundació Vila Casas presenta en los Espais Volart Un fuego milenario, una retrospectiva que sintetiza sesenta años de trayectoria de la escultora Madola, nombre artístico de Maria Àngels Domingo Laplana (Barcelona, 1944). Su trabajo se centra en la relación entre lo más cotidiano, íntimo y sencillo, y el aspecto más profundo, espiritual e incluso sagrado de la vida. Si bien su obra puede sintetizarse en cuatro elementos esenciales –tierra, agua, aire y fuego–, así como en algunos gestos sencillos –aplanar, aglutinar, transformar– y en tres colores de tierras – blanco, negro, rojo–; la profundidad de su trabajo es difícil de compendiar por igual.

    Sin titulo, de la serie Urnes (2011)

    Caterina Almirall, comisaria de la muestra, ha señalado que “siguiendo la versión feminista de la historia, la primera herramienta que habría creado la humanidad sería un recipiente para guardar y transportar alimento, que podría estar hecho de diferentes materiales, como fibras, hojas o ramitas, o bien tierra que después de la lluvia se cuece en un charco cerca del fuego y de forma inesperada genera un pequeño recipiente de terracota. La perennidad de estos objetos cerámicos les ha permitido llegar hasta hoy día para –cerrando el círculo– ser portadores de historias y mitologías, vehículos de la espiritualidad en el mundo terrenal”.

    Jarrón dibujado (1969)

    Madola recoge este legado en su obra, donde la referencia a la ancestralidad está presente tanto en la misma materialidad como en la elección sostenida de trabajar con la tierra, que cocida deviene cerámica, y en las formas de urna, de estela o de amuleto. Para Almirall, se trata de “una labor que atraviesa los tiempos y las formas, esencial y radical, pero también presente, singular y propia. Alejándose en cierta forma de la cerámica tradicional, pero bebiendo de la tradición catalana más artística, que ha estudiado en profundidad. Una obra que es al mismo tiempo presente y contemporánea, y que continúa cocinándose en ese fuego milenario desde hace 30.000 años.”

    La obra de Madola está vinculada a la vida y la muerte, temas que son transversales en la historia de la humanidad. Siempre fiel a un mismo material –la cerámica–, su obra se encuentra profundamente arraigada a una práctica ancestral de trabajo con los elementos primordiales. Fundació Vila Casas, Espais Volart, Barcelona. Hasta el 19 de enero de 2025

    Sin titulo, de la serie Cases (2014)
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