Sevilla le adora y le valoran en todo el mundo: es Luis Gordillo. A sus 86 años, sigue trabajando con entusiasmo cada día en su estudio, mañana y tarde. Nació en 1934 en la capital hispalense, cuna de maestros como Velázquez y Murillo, donde ahora él aporta el broche contemporáneo de toda una vida dedicada al arte. Sus estancias en París y en Londres modelaron sus bases como artista, entre dudas y aciertos, en sus inicios en el informalismo, y su profundo interés por el psicoanálisis llevó su obra a explorar el alma humana con una pintura que se mueve entre una amable y colorista ironía y una seriedad más analítica. Fue reconocido en 1981 con el Premio Nacional de Artes Plásticas y en 2007 con el Velázquez, la distinción más gratificante para él, concedida por ser el introductor del lenguaje del pop internacional en la escena artística española. Como Hölderlin, Gordillo ha experimentado la belleza, la paz y la poesía de su jardín, en su casa en las afueras de Madrid. [Marga Perera. Foto: Francis Tsang]