“En estos momentos sólo me apetece pintar flores –asegura la pintora Leticia Feduchi- No tanto por el tema, que me gusta mucho y he tratado, sino porque puedes emborracharte de colores, mirar de cerca la naturaleza, sentirla, y eso me alivia en esta situación que estamos viviendo”. La crisis ha pillado a Feduchi, madrileña de nacimiento pero barcelonesa de adopción, en su estudio en Mallorca, en el que se refugió hace unos meses huyendo del frenesí de la gran ciudad. Allí rodeada de naturaleza, se evade de la dura realidad pintando y también leyendo al padre de la ciencia ficción, Julio Verne, quien ya anticipó algunas calamidades de la sociedad del futuro. [Foto: Carmen Secanella].
¿Cómo está viviendo esta crisis? Pues la estoy viviendo mal. Aunque a mi, como a tantos otros artistas, estar confinado no me suponga un gran problema, ya que estamos acostumbrados a la soledad y al necesario apartamiento para concentrarse, no es en absoluto un aislamiento como otros que he vivido, por razones obvias.
¿En qué ocupa su tiempo durante estos días de confinamiento? La preocupación está presente todo el rato y aunque procuro hacer mi rutina diaria de trabajo pienso a menudo que lo que hago no sirve de nada. Me siento inútil e impotente. En estos momentos pongo absolutamente todo en duda y pinto porque no sé hacer otra cosa y ya tengo, después de años de trabajo, el tic mental de proyectar cuadros y luego intentar materializarlos. Lo que me ha confirmado esta dramática situación es que todo es política, que esto ha sucedido a causa de la política y que las consecuencias también las dictará la política. Y pienso que el arte, como muchos otros aspectos sociales, ha sido arrinconado de las políticas de los últimos años. Y esto es significativo.
¿Está trabajando? Resulta que en el mes de octubre me trasladé a Mallorca con ganas de aislarme un poco de la ciudad, del ruido, la contaminación, el ritmo que te impone que muchas veces no coincide con el tuyo, estar más en contacto con la naturaleza. Y, ya ves… ¡ahora el mundo entero está aislado”. Aquí tengo un pequeño estudio donde puedo trabajar y, aunque siempre me he sentido una privilegiada, tener la facilidad de poder ocupar mi tiempo con la pintura creo que es un privilegio a la enésima potencia, viendo el sufrimiento de tanta gente.
¿Qué lecturas, películas o música le ayudan a sobrellevar la situación? Casualmente estoy leyendo 20.000 leguas de viaje submarino, pues lo encontré en la casa donde estoy viviendo, también un sitio aislado del mundo. ¿Hasta donde se adelantará Julio Verne?.
¿Cree que esta experiencia tendrá reflejo en su obra de alguna forma? No lo sé, de momento sólo me apetece pintar flores. No tanto por el tema, que me gusta mucho y he tratado, sino porque puedes emborracharte de colores, mirar de cerca la naturaleza, sentirla, y eso me alivia.
¿Cuál sería el primer museo que le gustaría volver a visitar en cuanto sea posible? Cuando podamos salir, iré a ver en el MNAC la exposición de Oriol Vilapuig, a cuya inauguración dejé de ir a causa de la pandemia.
