“Aunque nunca hayas tenido la oportunidad de ver o tocar el océano, éste te toca a ti cada vez que respiras, con cada gota de agua que bebes. Todo el mundo se halla inextricablemente unido al mar” ha dicho la legendaria oceanógrafa Sylvia Earle. Pero hay quienes sienten esa conexión de forma aún más intensa, como la pintora Cristina Babiloni (Castellón de la Plana, 1981), cuya obra ensalza la magia de “el gran azul”.
Oceánicas, su primera exposición individual en la galería Álvaro Alcázar de Madrid, que puede visitarse hasta el próximo 18 de enero, se argumenta con una quincena de trabajos que quieren ser un canto a las maravillas del mar. La piedra angular de esta serie es una espectacular pintura inmersiva –Oceánico (400 x 200 cm)- [en imagen] en la que la artista ha conseguido trasladar al lienzo la exuberante riqueza de un fondo marino. El germen de esta pieza fue el cuadro Deep Blue, presentado en la pasada edición de la feria ARCO donde fue adquirido por la Fundación Carmen y Lluís Bassat.
Aunque apenas suponen el 0,1% de la superficie total de los océanos, los arrecifes de coral son el hábitat del 25% de las especies marinas. Esa rica biodiversidad fascina a Babiloni que recrea esas estructuras subacuáticas mediante diversos soportes y materiales (acrílicos, arenas, madera…), jugando con densidades y texturas diferentes para conseguir volúmenes. El resultado es una especie de escultura integrada en la propia obra pictórica ante la que el espectador siente la caricia del agua, respira la humedad, la sal y la brisa y percibe la música del universo que habita bajo las olas. La materia se trabaja con las manos y los pinceles para sugerir corales, gorgonias, algas, esponjas…, y se declina en una paleta cromática de azules, verdes, amarillos… que evoca la luz filtrándose por el agua e infunde a las composiciones un ritmo sereno.
Dueña de una voz propia y reconocible, Cristina Babiloni proyecta una mirada sensible y reflexiva sobre el mar y sus secretos abisales.
