La obra de Joan Miró, una de las grandes personalidades de la historia del arte moderno, está íntimamente ligada al surrealismo y a las influencias que los artistas y poetas de esta corriente ejercieron sobre él en los años veinte y treinta. A través de ellos el artista catalán experimenta la necesidad de fusionar la pintura y la poesía, sometiendo su obra a un proceso de simplificación de la realidad que evoca el arte primitivo, siendo al mismo tiempo, un punto de referencia para la creación de un original vocabulario de símbolos y un instrumento necesario para llegar a una nueva percepción de la cultura material. Joan Miró. La fuerza de la materia se centra en este último aspecto mostrando, a través de una amplia selección de obras realizadas entre 1931 y 1981, la relevancia que el artista dio siempre a la materia, no sólo como medio para aprender nuevas técnicas, sino también como fin en sí mismo. Al experimentar con materiales poco ortodoxos y procedimientos innovadores, Miró aspiraba a romper las reglas para beber de las fuentes más puras. [Joan Miró, Mujer III, 1965 Barcelona, Fundació Joan Miró © Successió Miró]