En 1922 la reina María de Inglaterra, esposa de Jorge V, recibió como obsequio para su casita de muñecas –que era un palacio en miniatura- una suntuosa vajilla en porcelana diseñada por Edwin Lutyens y fabricada por la casa Thomas Goode & Co. Considerada «la casa de muñecas más grande, más bella y más famosa del mundo», medía 152 cm y contaba con electricidad, grifos de baño plateados y lavabos con cisterna. Más de 1.500 artistas y artesanos se afanaron en reproducir cada elemento de la mansión a tamaño diminuto: desde una biblioteca con 600 libros hasta 774 réplicas de obras de arte, además de una bodega con vino y licores auténticos, un gramófono en el que suena el Himno Nacional y un garaje con un pequeño Rolls-Royce. Este minúsculo servicio de mesa se ha tasado entre 22.000 y 33.000 euros, y se pone a la venta en Sotheby’s el próximo 8 de enero.