Iznik, ciudad de Anatolia a orillas del lago Iznik junto a los mares de Mármara y Muerto, había sido conquistada por Alejandro Magno y nombrada Nicea en honor a su esposa Niké. Llamada la pequeña Roma de Asia, fue la elegida por el emperador Constantino el Grande para construir su palacio imperial de verano y convertirse en capital del Imperio Romano de Oriente, sede de los Concilios ecuménicos constantinianos.
A la caída de Roma, nació la Nicea bizantina, y su nombre se fue transformando en Iznik, que significaba en griego “ir a Nicea”. La paradisíaca ciudad también sedujo a los sultanes y en el siglo XIV ya formaba parte del Imperio Otomano. De sus hornos cerámicos salieron bellos ejemplares de cerámica inspirada en las excelentes porcelanas azul y blanca china de la dinastía Yuan y Ming, atesoradas en las colecciones de los sultanes. Y en el siglo XVI, a los iniciales colores turquesa y azul cobalto se fueron añadiendo verde salvia y púrpura pálido, colores que a mitad del siglo XVI se fueron sustituyendo por un suave rojo y verde esmeralda. Con una iconografía muy característica, la calidad de la cerámica de Iznik se convirtió en un codiciado deseo para coleccionistas de todo el mundo, y lo sigue siendo ahora, dada la escasa aparición de estas piezas en el mercado.
Recientemente, un plato que por su rareza ha pasado inadvertido al catalogador de Goya Subastas de Madrid y ha salido a la venta por 300 euros ha acabado vendiéndose por 145.000 euros, con una oferta posterior de 500.000 euros. Los expertos de las salas de subastas nos hablan de la bella y prestigiosa cerámica de Iznik.
Christie’s
Sara Plumby, Directora Dpto. Arte Islámico
“La cerámica de Iznik es un área del Arte Islámico que posee un atractivo intemporal.
Sus brillantes colores y poderosos diseños han sido buscados por los coleccionistas occidentales casi desde sus inicios. El resultado es que frecuentemente se encuentran buenos ejemplos fuera de Turquía y en las subastas internacionales.
Si se compra Iznik, hay varias cualidades que añaden valor a una pieza, como la claridad de color y la forma, y su estado de conservación.”
Goya Subastas
Juan Pablo Casas, Director
“Al principio, no sabíamos que era un plato de semejantes características; el propietario no tenía ninguna información de si la pieza había estado en alguna colección…¡no sabía lo que tenía!; de entrada, era un plato antiguo y roto, y lo sacamos a 300 euros. Antes de la subasta ya sabíamos que iba a subir, pero no pensábamos que tanto porque los platos que había subastado Balclis eran de un tipo de decoración al que aquí estábamos acostumbrados. En la colección del Victoria & Albert Museum no hay ninguna pieza igual; ya lo teníamos catalogado como del siglo XVIII, podíamos haber cambiado la catalogación, pero se desató tal interés al ver un lote que había pasado desapercibido al catalogador, que optamos por no cambiar el catálogo ni el precio; por otro lado, si lo hubiéramos puesto a 45.000 euros de salida, probablemente no lo hubiéramos vendido al precio que se vendió, 145.000 euros.
El plato enseguida despertó mucho interés; durante la exposición vinieron coleccionistas interesados a verlo desde El Cairo, Nueva York, Londres… algunos incluso llamaron para que no cerráramos porque el avión llegaba con retraso, y el día de la subasta algunos pujadores mandaron una persona para que estuviera en la sala por si había algún fallo en el teléfono. Al final se lo adjudicó un coleccionista inglés, y lo más curioso es que después de la subasta, otro coleccionista le ha ofrecido medio millón de euros.”
Subastas Balclis
Jordi Carreras, experto en Artes Decorativas
“Los platos y jarras de Iznik que hemos subastado siempre se han cotizado entre 5.000 y 7.500 euros.
Al ser piezas de interés para coleccionistas, ya sean turcos o de otros países, sus precios suelen ser altos. Además no son piezas muy abundantes en el mercado. El altísimo precio alcanzado por el plato de Goya Subastas seguramente se explica por ser un objeto especialmente raro que era disputado por varios coleccionistas. Las piezas más valoradas de Iznik son las del siglo XVI, que puede considerarse la época dorada de esa manufactura turca. Suelen pagarse más las de forma (jarras o platos) que los azulejos. La decoración habitual es la de temática floral, pero si aparecen otros elementos, como barcos o figuras, los precios se disparan. Iznik tiene un coleccionismo especializado, interesado también por los objetos de arte de Oriente Próximo en general.
Es muy diferente del de la porcelana china, porque las piezas son mucho más escasas, dado que la producción acabó en el siglo XVII. Con respecto a las piezas azules chinas, las que se encuentran en España suelen ser más tardías, como mucho de los siglos XVII o XVIII, pero lo habitual es que la mayor parte sean de los siglos XIX o XX. Si a esto unimos que la producción era muchísimo más abundante, ello explica que los precios sean menos elevados.”
Sotheby’s
Benedict Carter, Director Dpto. Oriente Medio e India
“Al empezar una colección de cerámica de Iznik hay que tener en cuenta varios aspectos. El periodo de los hornos cerámicos duró aproximadamente 150 años, desde finales del siglo XV hasta el primer cuarto del siglo XVI, y por eso el estilo y la calidad (y finalmente el precio) oscila significativamente.
Las primeras piezas, ejecutadas en azul y blanco reflejando la influencia de las artes decorativas persas y chinas, son ahora extremadamente inusuales. Las piezas de principios del XVII son comparativamente menos raras así que pueden ser adquiridas más fácilmente y a precios más bajos.
El momento álgido de la producción de Iznik fue durante el último cuarto del siglo XVI, cuando sus ceramistas desarrollaron un verdadero, único y reconocible estilo turco otomano, con el uso de pigmentos verdes, azules y suaves rojos. Muchos platos, jarrones y jarras fueron decorados en un estilo floral, incorporando jacintos, tulipanes, claveles y rosas, entre otros follajes.
Otros diseños incluyen formas abstractas, como rayas de tigre, escamas de pez, y motivos ‘cintamani’, así como animales, pájaros y elegantes formas de barcos. En términos prácticos, el gusto personal es obviamente una consideración en la compra de una obra de arte, y esto es siempre un valor, prestando atención al estado del objeto. A veces no hay queser demasiado exigente en cuanto al estado de la pieza, especialmente cuando se trata de raros ejemplares primitivos, pero es aconsejable examinar el objeto con luz ultravioleta, ya que las roturas y las zonas restauradas pueden detectarse claramente. Cuando se compran platos de Iznik, siempre aconsejamos fijarse en su procedencia, así como en los elementos arquitectónicos como algo culturalmente sensible, ya que Turquía tiene leyes de exportación muy estrictas para los objetos de su herencia cultural.
Finalmente, por supuesto, uno debe comprar lo que encuentra atractivo. La cerámica de Iznik proporciona una gran oportunidad de adquirir objetos de genuina belleza, que desde la antigüedad han sido reconocidos como uno de los más grandes logros del repertorio artístico otomano e incluso de la historia de la cerámica en el mundo.”
Dorotheum
Ingeborg Fiegl, Experta
“La cerámica de Iznik no se encuentra fácilmente en el mercado; es rara, y los coleccionistas están interesados principalmente por las piezas del siglo XVI y principios del XVII. Para iniciarse en el coleccionismo de cerámica de Iznik hay que buscar piezas bien conservadas. ¡Hay que tener mucho cuidado con las imitaciones!, existen desde el siglo XVII provenientes de Italia y Francia.”
Bonhams
Alice Bailey, Directora Dpto. Arte Hindú e Islámico
“Para formar una buena colección es esencial tener claro qué se quiere coleccionar y no dejarse llevar tanto por el mercado del arte o las consideraciones de otros coleccionistas. Algunas de las más grandes colecciones de arte islámico, que incluyen cerámica otomana de Iznik, son valiosas porque reflejan el gusto personal e instransferible de un coleccionista.
Si hablamos de calidad, recomiendo buscar una buena composición en la distribución del diseño en la pieza, que el vidriado sea transparente y no esté corrido, y que la pieza esté intacta. Pueden existir razones que justifiquen la compra de una pieza que esté rota o que presente otras deficiencias, quizás porque es un ejemplo de un diseño raro o una forma rara. Sugiero adquirir piezas con procedencia significativa, como de una antigua colección.
Lo maravilloso de esta cerámica es lo variado de su diseño. Una de las más grandes colecciones de Iznik, la del Museo Calouste Gulbenkian de Lisboa, refleja el rico repertorio decorativo de Iznik producido entre principios del siglo XVI y finales del XVII. Quien quiera empezar una colección debería averiguar qué diseño le inspira más y seguir siempre los dictados de su pasión. Nuestra sala vendió a un coleccionista particular belga, el pasado 4 de octubre de 2011, una importante jarra de agua (surahi) fechable hacia 1575, por 190.000 libras.”
Tajan
Laure Soustiel y Tara Desjardins, especialistas en Arte de Oriente
“El consejo principal a un coleccionista atraído por la cerámica de Iznik es que elija piezas de buena calidad que tengan diseños fascinantes y vistosos. Dado que los hornos de Iznik estuvieron en funcionamiento durante varios siglos, los motivos decorativos, evidentemente, experimentaron una evolución, aunque algunos diseños y flores no dejaron nunca de estar de moda. Las piezas del siglo XVI están consideradas un reflejo de la edad de oro de Iznik, pero muchas de las obras posteriores incorporan motivos más antiguos que revelan la extraordinaria continuidad de estilos y mezcla de técnicas que define a esta manufactura turca.
Para un coleccionista novel estos diseños, tan distintos, originales y bellos, son un buen punto de partida; por otro lado, las inscripciones, fechas y marcas contextuales, contribuyen a aumentar el valor histórico de una pieza.
Lo ideal sería, desde el punto de vista del mercado, una combinación de ambos aspectos lo que garantizaría interesantes resultados en subasta. Los puristas suelen decantarse por piezas de formas sugerentes, pues para ellos la forma tiene mayor importancia que la función. Para todos: centren sus adquisiciones en piezas auténticas y de buena calidad.
Entre los lotes más significativos que han pasado por Tajan destacan un Plato de 1580 que salía en 3.000 euros y levantó el vuelo hasta los 30.000 euros (junio de 2007) y un delicado Plato otomano “a las cuatro flores”, c. 1575-1585, que se vendió por 7.500 euros (mayo de 2010).
M.Perera