El Prado acoge la primera exposición monográfica en España dedicada a la obra de Jean-Auguste Dominique Ingres (1780-1867), uno de los jalones más influyentes en el devenir de la pintura del siglo XIX, del que no se conserva ninguna obra en colecciones públicas españolas. La muestra traza un recorrido a través de más de 60 obras entre las que se incluyen, además de los préstamos franceses, piezas procedentes de instituciones belgas, inglesas, italianas y norteamericanas, para atender al desarrollo cronológico de la trayectoria profesional de Ingres. El discurso comienza con una seductora imagen del artista con la energía de su primera juventud, procedente del Metropolitan de Nueva York y se cierra con el Autorretrato de Ingres a la edad de 78 años, llegado de la Galería de los Uffizi de Florencia, que trasmite la señera autoridad del maestro en sus últimos años. [Jean-Auguste-Dominique Ingres, La condesa de Haussonville, 1845. Nueva York, The Frick Collection]
