Formado entre España y Nueva York, Hugo Fontela (Grado, 1986), Premio BMW de Pintura en 2005 y Premio Príncipe de Girona de las Artes en 2014, es una de las figuras más reconocidas de la joven escena artística española.
¿Cómo está viviendo esta crisis? Sobre todo con serenidad, siguiendo las precauciones que nos indican, y convirtiéndola en un momento de reflexión.
¿En qué ocupa su tiempo durante estos días de confinamiento? Principalmente en leer y escribir. Estoy aprovechando para terminar varios escritos y también para dedicarme a un largo ensayo sobre el pintor Nicanor Piñole, que ocupa gran parte de mi tiempo en estas jornadas de reclusión.
¿Qué lecturas, películas o música le ayudan a sobrellevar la situación? Sobre todo textos sobre pintura, arte en general, pero también ensayo; tengo entre manos las memorias de Balthus, la de José Moreno Villa, un libro sobre la correspondencia de Margaret Palmer en los años de nuestra Guerra Civil, La montaña mágica de Mann, o los divertidos recuerdos de Evaristo Valle. La música también ocupa una parte importante en mi día a día.
¿Está trabajando en estos momentos? No, curiosamente esta crisis ha coincidido con el final de una serie que suele dar pie a un parón de actividad. Cuando pase todo esto retomaré el trabajo.
¿Cree que esta experiencia tendrá reflejo en su obra de alguna forma? La tendrá en cuanto a lo que ha significado como reflexión. Es decir, cuando retome la actividad tendré unas inquietudes ligeramente diferentes que alumbrarán obras también distintas.
¿Cuál sería el primer museo que le gustaría volver a visitar en cuanto sea posible? Sin duda el Prado, y también revisitar la muestra de Miguel Ángel Campano en el Reina Sofía.