El 22 de noviembre, Sotheby’s licita en Nueva York un retrato de Frida Kahlo que llevaba varías décadas en paradero desconocido. El único registro que existía del cuadro Niña con collar, pintado en 1929, era una fotografía en blanco y negro tomada por la amiga del artista Lola Álvarez Bravo que documentó sus primeros trabajos. Esa imagen fue utilizada como entrada del catálogo razonado y era la única documentación conocida hasta ahora. En el verano de 2016 la obra reapareció cuando un ex-asistente personal de Kahlo, que había recibido la pintura como obsequio de Diego Rivera el año después de la muerte de la artista en 1954, se puso en contacto con Sotheby’s. Ahora este entrañable lienzo lidera la venta de Arte Latinoamericano preciada entre 1,5 y 1,8 millones de euros.
El especialista Axel Stein declaró: «Tenía noticias de Niña con collar desde 1988 cuando vi su fotografía en blanco y negro en el catálogo razonado recientemente publicado. Pero nunca imaginé que saldría a la luz y que resultaría ser una pintura tan hermosa y cálida». La mirada directa de la modelo, sus cejas pobladas así como la rígida simetría de la pose frontal de Niña con collar, recuerdan algunas de las más célebres pinturas de la artista mexicana. De hecho, esos detalles así como su vestido y joyas, son la semilla de muchos autorretratos que Kahlo produciría a partir de entonces en su inimitable estilo.