Fra Angelico se formó como pintor en una Florencia en la que los encargos públicos de escultura y arquitectura conseguidos por Brunelleschi, Donatello y Ghiberti hicieron que se volviera la vista a la antigüedad clásica en busca de inspiración. Aunque fue aprendiz en el taller del benedictino Lorenzo Monaco, ingresó en una institución religiosa, San Domenico de Fiésole, convento en el que tomó los hábitos. Su condición de fraile no le impidió colaborar con otros artistas y mantener un gran taller que proveía de pinturas tanto a iglesias como a importantes mecenas. Esta exposición, sustentada en 82 obras, gravita alrededor de La Anunciación del Museo del Prado [en imagen] que se exhibe en toda su plenitud tras su reciente restauración. Junto a ella se pueden contemplar La Virgen de la Granada, incorporada a la colección del Prado en 2016, y otras 40 obras de Fra Angelico, así como de pintores coetáneos como Masaccio, Masolino o Filippo Lippi, y de escultores como Donatello o Ghiberti. Se entrelazan así en esta exposición dos relatos: Florencia vista por Fra Angelico y Fra Angelico visto con ojos españoles.
