La última dinastía imperial, la Qing (1644-1911), coincidió con el periodo de máximo esplendor de la historia china. Esta muestra exhibe más de 250 objetos, algunos de los cuales nunca han sido mostrados fuera del Palacio Imperial, que arrojan luz sobre la vida cotidiana de los emperadores, sus pasiones íntimas y sus colecciones privadas. La Ciudad Prohibida se levantó de la nada entre 1406 y 1420 y se convertiría en la cuna del poder en la que los soberanos manchúes se irían sucediendo durante casi tres siglos. Como representante del Cielo en la tierra, el emperador, conocido como el «Hijo del Cielo», era un ser omnipotente, al mismo tiempo, líder militar, religioso y suprema autoridad de los eruditos. El público descubrirá sus diferentes funciones a través de retratos, trajes ceremoniales, muebles, objetos preciosos e instrumentos científicos, algunos de los cuales tienen consideración de «tesoros nacionales». [Retrato de concubina, c. 1750]