“El arte ha sido un escudo que me ha protegido en algunos de los momentos más difíciles de mi vida”, asegura Alicia Koplowitz, presidenta del Grupo Omega Capital, quien entiende el coleccionismo “como un camino al conocimiento”. El Museo Jacquemart-André de París permite conocer esta exquisita colección gracias a una muestra, abierta hasta el 10 de julio, que recalará más adelante en el Museo de Bellas Artes de Bilbao. “Siempre me he sentido atraída por el arte –escribe la empresaria en el catálogo de la exposición- De adolescente, asistí a clases en una academia en el Paseo de Recoletos, ubicada en el último piso del Café Gijón, un lugar donde se reunían artistas y escritores en ese momento. Todavía recuerdo mi primera visita al Museo del Prado. Tenía siete años. Fue durante una excursión con el Liceo Francés del que era alumna. Me acuerdo de cómo me impresionaron Las Meninas cuando las vi por primera vez, una emoción que sigo experimentando cada vez que contemplo esta obra maestra. Tampoco he olvidado el efecto que me produjeron las esculturas del Prado. Desde entonces creo que la escultura se convirtió en una forma de expresión artística tan importante para mí como la pintura. Compré mi primera obra de arte, una porcelana de Sèvres, en París, en el Hôtel Drouot, y aún la conservo.”
En la selección realizada por los comisarios, Pablo Melendo y Pierre Curie, además de cuatro esculturas de la época griega y romana, se puede admirar un conjunto de pinturas, esculturas y algunos dibujos que abarcan desde el siglo XVI al siglo XX. En el recorrido los visitantes se encuentran con obras de Luis de Morales, Zurbarán, Pantoja de la Cruz y Francisco de Goya; dos vistas de Madrid de Antonio Joli junto con vedute de Canaletto y Francesco Guardi; pasteles de Lorenzo Tiepolo y dos aguadas de Giovanni Battista Tiepolo y de su hijo Giovanni Domenico. De finales del siglo XIX se exhibe una naturaleza muerta de Van Gogh, Mujeres al borde del río de Gauguin y La Liseuse de Toulouse-Lautrec.
De las primeras décadas del siglo XX sobresalen tres picassos: un dibujo al carboncillo de 1900 y dos óleos de 1906 y 1921, Demi-nu à la cruche y Tête et main de femme; una acuarela de Schiele; Violon et journal de Juan Gris; una elegante Femme au Grand Chapeau de Van Dongen; La Rousse au Pendentif de Modigliani y dos esculturas de Julio González, junto al dibujo preparatorio de una de ellas. De los años 40 hasta finales del siglo pasado se exponen las esculturas de Germaine Richier, David Smith, Giacometti y Louise Bourgeois, junto a las pinturas de este mismo periodo de Antoni Tàpies, Antonio López, Miquel Barceló y de otros autores internacionales como Lucian Freud, Willem de Kooning y Mark Rothko. [Juan Pantoja de la Cruz, Retrato de Bárbara de Braganza]