Cristóbal de Villalpando destaca desde la década de 1680 no sólo como el pintor más importante del México virreinal, sino como uno de los artistas más innovadores y dotados del barroco de la Nueva España. Hasta Nueva York ha viajado su obra cumbre, una pintura monumental que recrea dos escenas –Moisés y la serpiente de bronce, y la Transfiguración de Jesús– que fue concebida en 1683 para una capilla en la catedral de Puebla. Será la ocasión de descubrir a un autor que, si bien pintaba por encargo, como era costumbre en la época, supo poner en cada proyecto su propia y original personalidad. El artista novohispano alcanzó la fama en vida y fue nombrado veedor del gremio de pintores de la Ciudad de México. [Cristóbal de Villalpando, La agonía en el jardín]