Quintaesencia del retrato cortesano, la Condesa de Chinchón de Francisco de Goya, ha sido sometida a un exhaustivo proceso de restauración que le ha hecho recuperar su esplendor original. La intervención, realizada por la especialista Elisa Mora, permite apreciar las magistrales pinceladas de Goya, cubiertas por un velo oscuro y amarillento que impedía captar la profundidad y el aire del espacio que envuelve a la figura. Ahora, con la transparencia del nuevo barniz, se pueden distinguir los tonos verdes de las espigas del tocado, la calidad de la gasa del vestido y sus adornos bordados. Las nacaradas carnaciones, el rubor de las mejillas o el cabello fino y rizado que parece moverse ante unos ojos de mirada embelesada y limpia describen a la perfección el carácter de la joven esposa de Godoy.