Conocido por sus instalaciones sobre la arquitectura y la memoria del lugar, y participante en foros como la Documenta de Kassel (1992) y la Bienal de Venecia (2003), Pedro Cabrita Reis (Lisboa, 1956) acaba de escribir un nuevo capítulo en su biografía. El reconocido artista luso ha aceptado el desafío lanzado por la galerista Elisabetta Cipriani de idear una colección de joyas. “No hay diferencia entre hacer una joya, una escultura o un dibujo. Al menos no para mí. Soy un pintor que, al fin y al cabo, hace muchas otras cosas, pero siempre con esa extraña e intensa emoción del primer momento –sostiene – En estas pulseras, me estimuló la anticipación del encuentro entre el metal y el cuerpo, entre lo duro y lo suave. La sal de la vida reside en sus contradicciones, sus antagonismos, en su permanente tensión. En el arte, como en la vida, la armonía es frágil en apariencia, y la materia prima de mis joyas, oro y hierro, luz y oscuridad, es el origen de esa vitalidad. Mis piezas tienen que ser vestidas por mujeres que tengan esa misma fortaleza. Las he hecho para ellas.”