Kiki Smith (Nuremberg, 1954), aunque nacida en Alemania, es una artista estadounidense conocida desde los años 80 por su arte comprometido con el feminismo, así como por su capacidad de explorar la condición humana a través del cuerpo. Entre sus constantes proyectos, acaba de presentar una exposición en el Palau de la Música Catalana de Barcelona. La muestra forma parte del diálogo del Palau con las artes plásticas iniciado hace cinco años en el que se han presentado sucesivamente obras de Louise Bourgeois, Joan Miró, Bill Viola, Antoni Tàpies, Eulalia Valldosera, Perejaume y más recientemente Jaume Plensa. En esta ocasión, Smith ha interactuado con el universo de la arquitectura modernista del coliseo con seis grabados, ocho esculturas, dos tapices, cuatro litografías, ocho dibujos y tres vídeos, de los cuales dos han sido creados por la artista expresamente para esta muestra. Recibió la propuesta de exponer aquí con gran ilusión porque su madre fue cantante de ópera. Fue como un homenaje a su madre en un entorno idílico, como es el Palau de la Música, por la rica iconografía modernista relacionada con la naturaleza. Hija también del escultor Tony Smith, el ambiente familiar influyó en su sensibilidad artística. “Mi padre y mi madre fueron muy influyentes para mí y para mis hermanas; al principio, principalmente como padres, pero nos invitaron al gran mundo de la creatividad y nos enseñaron a confiar plenamente en ella”, explica.