Pocos sitios en el mundo, a excepción de los museos, pueden concentrar siete mil años de historia del arte. Ese despliegue de objetos extraordinarios, que abarcan desde la antigüedad a las últimas tendencias, es lo que hace única a TEFAF Maastricht. Su directora, Dominique Savelkoul, analiza en esta entrevista las claves del éxito de esta feria neerlandesa, punto de encuentro de coleccionistas, académicos y conservadores de museos de todo el mundo que, después de casi cuatro décadas, sigue ocupando una posición de referencia en el mercado del arte. Del 15 al 20 de marzo celebra una nueva edición en la que participan 271 galerías de cinco continentes incluidas siete españolas, cinco de ellas en el programa general: Caylus, Colnaghi, Deborah Elvira, Mayoral y Artur Ramon Art; y dos en la sección Showcase: Montagut Gallery y VETA Galería.
¿Cómo llega a involucrarse en el mundo del arte? Tengo la suerte de venir de una familia amante del arte, la cultura y la música, por lo que pude disfrutar de una profunda inmersión artística y cultural desde pequeña, algo que no puede darse por sentado. Y son estas experiencias y afinidades tempranas las que nos acaban moldeando. Mi trayectoria profesional también ha sido afortunada. He desempeñado diversos cargos en el ámbito de las artes visuales y escénicas, el más reciente fue el de Directora del Mu.Zee, en Ostende (Bélgica), un museo especializado en arte belga.
¿Cómo va a integrar esa experiencia profesional previa en este cargo? En realidad ya he empezado a aplicar algunas de las lecciones que aprendí del mundo de los museos. Como TEFAF también es una fundación, hay ciertas similitudes sorprendentes. En esencia, somos dos cosas: una fundación y una organización dedicada a las ferias de arte. Esta doble vertiente es interesante. Tenemos una responsabilidad comercial con nuestra comunidad de expositores (nuestros clientes) y también un papel global en la comunidad artística. Como fundación sin ánimo de lucro estamos comprometidos con la conservación cultural, la educación artística y el comercio ético del arte. Desde nuestra fundación fomentamos la excelencia y la integridad en el mercado mundial del arte, al tiempo que apoyamos iniciativas que benefician a museos, instituciones culturales y al público en general.
¿Cuál es el ADN de la feria? Nunca se insistirá lo suficiente en la calidad y amplitud de su oferta. Durante décadas, ésta ha sido la base de su éxito. Las rigurosas normas de selección y la diversidad de las obras propuestas nos distinguen en el panorama de las ferias de arte. Abarcamos 7.000 años de historia del arte, y pocos sitios en el mundo, a excepción de los museos, reflejan un espectro artístico tan amplio. Y lo mejor es que todo está a la venta.
¿Detecta tendencias en el coleccionismo? Diría que, en los últimos años, ha acaparado la atención el concepto de “coleccionismo cruzado”, aquel que tiende puentes entre distintas categorías y épocas. Nuestra feria siempre ha promovido la integración de lo antiguo y lo nuevo, fomentando diálogos estimulantes entre objetos y categorías. Pero el “coleccionismo cruzado” no consiste sólo en aglutinar obras de diversos géneros, sino también en presentarlas cuidadosamente apelando a la creatividad y conectando culturas entre sí. Me gustaría insistir en que lo que nos distingue de otras organizaciones es la minuciosidad de nuestro proceso de selección. Esto se refleja en nuestras normas, estrictas y transparentes, y en los procedimientos de expertizaje que no dejan de evolucionar. Queremos ofrecer el mejor entorno posible para que los coleccionistas privados e institucionales y los expositores puedan comprar y vender las mejores obras de arte disponibles en el mercado. [Ada Vicent. Foto: Titus Simoens]
