• Museo Ruso
  • tendencias del arte

    La mágica sinfonía de Alí Banisadr

    Alí Banisadr (Teherán, 1976) visitó por primera vez el Museo del Prado en 2006 y el primer cuadro que quiso contemplar fue El Jardín de las Delicias de El Bosco. Iba acompañado por su esposa, quien, tras pasar unos minutos frente al célebre tríptico, le sugirió proseguir con la visita. Pero Alí estaba tan absorto por la pintura y ni siquiera la oyó. «Ella salió de la sala y recorrió el museo y cuando volvió a buscarme me encontró exactamente en el mismo lugar», rememora Banisadr, «Aunque me hablaba yo no podía oírla, así que se marchó sola al hotel. Debo de haberme pasado inmóvil frente a la pintura al menos tres horas». ¿Pero quién no se siente fascinado por las imágenes extraordinarias que contiene esta pintura? El Jardín del Edén, en el panel de la izquierda, con sus elefantes, jirafas, dulces conejitos y extrañas criaturas que se arrastran fuera del agua. Los placeres terrenales, en la tabla central, con bellas mujeres bañándose y hombres retozando con caballos, actitudes eróticas en burbujas de plástico y frutas. Y la condenación, en el panel de la derecha, donde los pecadores son apuñalados, torturados, golpeados y defecados. Esto es surrealismo de hace quinientos años. «Lo que me cautiva de las pinturas del Bosco es que son historias dentro de historias, y tus ojos simplemente van pasando de una a otra –asegura el artista- Hay tantas cosas que ver que no puedes alejarte del cuadro. Parecen miniaturas persas, te ofrecen una visión del mundo a ojo de pájaro, que es lo que más me intriga. En realidad creo que es lo que yo trato de hacer también. Diseccionar y plasmar nuestra sociedad desde una perspectiva a vista de pájaro.»

    ali_web

  • Portada

     

  • Manifesta

  • La Pedrera

  • FAB París

  • Museu Girona

  • TEA

  • Museo Picasso Malaga

  • Marq