Monet es probablemente el pintor de jardines más notable de la historia del arte, pero también fue un gran aficionado a la horticultura. En la década de 1860 surgió una relación de simbiosis entre sus labores de jardinería y sus representaciones pictóricas. El artista llegó a escribir «Quizás debo a las flores el haberme convertido en pintor». Hacia finales del siglo XIX los simbolistas, fauvistas y expresionistas alemanes adoptaron posturas más subjetivas al convertir los parques en utopías visionarias. Muchos de ellos se dedicaron a pintarlos para explorar la teoría del color y el diseño decorativo abstracto. En los monumentales lienzos que Monet ejecutó inspirado por su jardín de Giverny se vislumbran movimientos artísticos que llegarían más tarde, como el expresionismo abstracto americano. Esta exhibición analiza el papel que desempeñaron los jardines en los cuadros del artista francés y sus coetáneos reuniendo más de 120 obras, entre ellas 35 lienzos del propio Monet, de artistas como Paul Klee, Emil Nolde, Gustav Klimt y Wassily Kandinsky. [Claude Monet, Mujer en el jardín]
