Santiago Rusiñol (Barcelona, 1861- Aranjuez, 1931) es uno de los nombres que protagonizan la subasta de los días 23, 24 y 25 de julio, con la que Ansorena clausura la temporada. El modernista catalán firma un paisaje, Brollador del Parc Badés, Arbúcies, valorado en 88.000 euros. “Este óleo, ejecutado un año antes de su muerte y procedente de una colección privada, constituye un brillante ejemplo de su temática de jardines, la más apreciada por el coleccionismo, aquella que le otorgó tantos éxitos” explica Blanca Laviña, experta en Pintura del Siglo XIX de la sala. Nacido en el seno de una familia de la burguesía catalana, en una primera instancia, Rusiñol se hizo cargo del negocio familiar, pero en 1887 dio un giro radical a su vida para consagrarse por completo a la pintura. Viajó entonces a París, junto a su amigo Ramon Casas, donde coincidió con otros compatriotas como Utrillo y Zuloaga. En 1899 su exposición Jardines de España en la capital francesa le catapultó al reconocimiento internacional gracias a su novedosa visión de España. Su pasión por los parques ajardinados le llevó a la localidad madrileña de Aranjuez, donde había llegado en busca de los jardines reales, y donde sería conocido como el “señor Ruiseñor”. El rey Alfonso XIII le propuso concederle el título de marqués pero él lo rechazó y pidió ser nombrado jardinero general de Aranjuez, privilegio que le permitía entrar cada día a los bellísimos jardines en carruaje y pasear libremente por ellos. Otro nombre a destacar del catálogo es el de Carlos Nadal (París, 1918-Sitges, 1998), nacido en París, llegó a la Ciudad Condal en 1922 acompañado de sus padres, y en la capital catalana se formaría como pintor en la Escuela de la Lonja. En 1945 viaja a París y Bruselas, con una beca del gobierno francés para proseguir sus estudios. La obra del artista catalán es sinónimo de éxito en las subastas. Su pintura, de dicción postimpresionista, fusionó aspectos cotidianos con magníficos interiores, pero también escenas de playa y paisajes, tanto urbanos como rurales. Uno de sus rasgos definitorios son las masas de color, un aspecto influido por el movimiento fauve. Nadal está representado en prestigiosos museos europeos. La obra que licita Ansorena con un precio de salida de 20.000 euros, es un óleo titulado La casa, y fechado en 1964. El apartado contemporáneo está liderado por un trabajo de Eduardo Arroyo (Madrid, 1937-2018), el cuadro San Bernard Tomelet tasado en 12.000 euros. Arroyo creció en plena posguerra española, educándose en el Liceo francés de la capital. Vivió un exilio voluntario en París y Roma hasta que decidió regresar a España en 1976, ya consagrado no solo como pintor y escritor, también como escenógrafo de ópera y teatro en todo el continente. Su pintura de los años sesenta se acerca a la Nueva Figuración que por su connotación más política se aproxima también a las características del arte pop. El Museo Reina Sofía le dedicó una antológica en 1998 y, en 2012, el Prado le abrió sus puertas, siendo uno de los pocos artistas vivos en exponer allí, para presentar su reinterpretación de El cordero místico de Jan Van Eyck, un encargo de Miguel Zugaza, director de la pinacoteca en aquel momento.