En 2016 se cumplen 500 años de la muerte de Jerónimo Bosch y Holanda rinde un homenaje a su artista medieval más famoso con la exposición Visiones de un genio que reúne un centenar de piezas en el Museo de Bolduque (‘sHertogenbosch), la ciudad que le vio nacer con el nombre de Jheronimus van Aken, en la que pintó sus obras maestras, y a la que debe su nombre artístico. La sello de identidad de este enigmático artista fueron los monstruos, figuras diabólicas, ángeles y santos que habitan sus dibujos y paneles. Su obra, repleta de ilusiones y alucinaciones, asombrosas monstruosidades y pesadillas, representa de forma inimitable los grandes temas de su tiempo: la seducción, el pecado y la expiación. Sus pinturas, realizadas hacia el año 1500, en plena transición entre la Edad Media y el Renacimiento, reflejan de manera misteriosa la relación entre el ser humano, su entorno y su creador. [En imagen: San Juan en Patmos, c. 1490-1495. Berlin, Staatlichen Museen zu Berlin, Gemäldegalerie. Foto Rik Klein Gotink]
