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    David Rodríguez Caballero: «El mundo no será el mismo tras esta catarsis»

    Más allá de la emergencia sanitaria que supone el Covid-19, el artista David Rodríguez Caballero piensa que de esta pandemia se deben extraer lecciones más trascendentes: “Creo que estábamos fuera de dimensión, viviendo muy superficialmente, sin capacidad de calado y de introspección verdadera. Algo así como vivir en la impostura de nosotros mismos”. Para el artista de la Marlborough “esta situación es un aviso serio, una especie de susto que nos da el mundo por nuestra mala salud como sociedad.”

    ¿Cómo está viviendo esta crisis? Con mucha preocupación. Lo que está pasando es algo terrible y con muy pocos precedentes. Va a ser muy difícil la recuperación económica del mundo, y me temo que muy desigual. Desde lo personal la estoy viviendo con calma. Ha sido un parón en seco y eso me está ayudando a coger distancia y clarificar tanto las visiones como las prioridades. Conectar de nuevo con lo básico es importante. Estoy convencido de que el mundo ya no será el mismo, afortunadamente, después de esta catarsis. Espero que aprendamos y nos convirtamos en sociedades más humanas y generosas con los otros, y con los que vendrán.

    ¿En qué ocupa su tiempo durante estos días de confinamiento? He pasado dos semanas leyendo, escuchando música, cocinando y viviendo…. En estos días quiero comenzar una serie de dibujos sin pretensiones, que sirvan como material procesual para futuras obras. Quiero sentirme “afectado” de verdad y profundamente por esta situación. Por eso no he querido comenzar de forma compulsiva a dibujar sin interiorizar lo que está pasando. Necesitaba disponer de un espacio interior de silencio, y así lo he hecho. He visto que se ha producido una inercia por generar contenidos en las redes, trasladando el ritmo y el estilo de vida antes del Covid-19 a los formatos posibles de #yomequedoencasa: millones de exposiciones virtuales en Instagram y Facebook por parte de las galerías, ferias de arte virtuales, etc. A mi, sin embargo, me ha inducido a reposar un tiempo, tener una actividad baja que me permita reflexionar sobre nuevos contenidos y formatos que se ajusten a nuestra nueva circunstancia. Estoy seguro que cambiarán las necesidades y las expectativas.

    ¿Qué lecturas, películas o música le ayudan a sobrellevar la situación? Estoy leyendo libros de temáticas muy distintas para dinamizar la mente y poder simultanearlos. Durante estos días he leído Sapiens de Juval Noah Harari, una visión de la historia de la humanidad; Europa soy yo, de Anna Bosch y Pablo R. Suanzes, una reflexión sobre Europa a través de un diálogo entre los dos autores; La princesa perdida de Maha Akhtar, un viaje interior a través de las raíces y el pasado biográfico de la autora; y Arquitectura de la felicidad de Alain de Botton, un ensayo sobre arquitectura. Son lecturas variadas con propósitos diferentes, que me permiten disfrutar de mundos diversos al mismo tiempo. También estoy consumiendo mucha filmoteca: Shtisel, una serie costumbrista sobre la vida de los judíos ortodoxos; Unortodox, la historia de una niña judía que escapa de su comunidad en Williamsburg hasta Berlín para rehacer su vida. Siempre suelo escuchar música muy variada. Son días para música clásica y los básicos de siempre, como John Prine, Joni Mitchell, Van Morrison, etc.

    ¿Está trabajando en estos momentos? Estoy “soñando piezas” que espero poder materializar pronto en algunos casos. Tengo un proyecto importante para París el próximo octubre que espero que siga adelante con normalidad, igual que otros a medio plazo que ya tengo empezados. Lamentablemente, mi trabajo de estudio y producción requiere de fábricas y asistentes, y en este momento no es posible llevarlo a cabo. Lo positivo de esta situación está en buscar nuevos medios de expresión. Con un cuaderno y un lápiz uno puede hacer maravillas: concretar obras y desarrollar buenas y grandes ideas.

    ¿Cree que esta experiencia tendrá reflejo en su obra de alguna forma? Estoy seguro de que sí. Vamos a ver un antes y un después del Covid-19. Los artistas estamos muy expuestos al entorno y lo que sucede en él nos afecta de forma directa. Al final, nuestro trabajo es recoger información y contarla a través de nuestra mirada y de nuestro lenguaje propio.

    ¿Cuál sería el primer museo que le gustaría volver a visitar en cuanto sea posible? El Metropolitan de Nueva York. Es mi museo preferido y un lugar donde paso mucho tiempo.

    David Rodríguez Caballero

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