Espejo con memoria e instrumento de representación social, el retrato ha estado siempre vinculado a la fotografía. Frente a la sociedad de control y los medios de comunicación imperante en los últimos cincuenta años, los artistas han reinventado este género con un brío sin precedentes, utilizando tanto imágenes fijas como en movimiento, a veces incluso entremezcladas. Esta exposición, que abarca el periodo de 1972 a 2011, refleja cómo fotógrafos y videoartistas han dado la vuelta a los clichés, no para plasmar la realidad, sino para modelar discretamente sus cánones y valores. Sus obras cuestionan la construcción pública de la identidad individual a través de la imagen, sugieren la representación del ser humano en la era de las redes sociales y los softwares de reconocimiento facial. [Valérie Belin, Sans titre, de la serie Mannequins © Valérie Belin, Vegap, Málaga 2020].