“Practicar meditación trascendental me está ayudando en esta situación tan complicada” confiesa Daniel Canogar (Madrid, 1964) que vive esta crisis con sentimientos ambivalentes: junto a la tragedia que supone la pérdida de vidas humanas siente que se ha producido una vuelta “a lo más básico y esencial de la vida lejos del mundanal ruido”. Mientras trata de llevar a buen puerto los trabajos que la pandemia ha obligado a suspender, entre ellos un par de exposiciones individuales y varios proyectos de arte público, el creador madrileño aprovecha para hacer pequeños experimentos artísticos y hace planes para cuando concluya el confinamiento: “quiero visitar el museo que nos ofrece la naturaleza”. [Foto: Roberto Arribas].
¿Cómo está viviendo esta crisis? Con sentimientos muy encontrados. Hay un enorme contraste entre la agitación que produce el ser consciente de la verdadera masacre de vidas que se está llevando por delante el virus, y por otro lado el silencio y la calma de las calles vacías, el estudio sin visitas, y una vida doméstica tranquila, rutinaria, bastante apacible. Hay enormes inquietudes económicas, y preocupaciones sobre la salud de mi familia y amigos, pero también hay una vuelta a lo más básico y esencial de la vida lejos del mundanal ruido.
¿En qué ocupa su tiempo durante estos días de confinamiento? La pandemia me ha pillado en un momento especialmente delicado en el estudio, con dos exposiciones individuales a punto de inaugurarse, y cuatro proyectos de arte público en distintos estados de entrega. Mi tiempo está dedicado casi en exclusiva a intentar salvar estos proyectos, coordinando con mi equipo via WhatsApp, Skype y Zoom. Este trabajo online ralentiza mucho la gestión de los proyectos: paradójicamente durante la cuarentena estoy trabajando más que nunca y me queda poco tiempo para ocio. Intento por otro lado hacer ejercicio todos los días, y hacer meditación trascendental, que practico desde hace varios años pero que me está ayudando mucho en la situación tan complicada que estamos viviendo.
¿Qué lecturas, películas o música le ayudan a sobrellevar la situación? Estoy devorando prensa, tanto nacional como internacional, de forma compulsiva. Me interesan especialmente ensayos que intentan reflexionar sobre la situación actual desde el punto de vista sociológico, político y económico, y el nuevo orden mundial con el que nos vamos a encontrar al salir de la cuarentena.
¿Está trabajando en estos momentos? Más que nunca, pero intentando buscar huecos de tiempo para hacer pequeños experimentos artísticos que me ayudan a procesar el momento que estamos viviendo. Los días que consigo realizar estos ejercicios creativos son los que acabo más satisfecho y duermo mejor.
¿Cree que esta experiencia tendrá reflejo en su obra de alguna forma? Absolutamente. Esta situación, por muy dolorosa y traumática que está siendo, es el material con el que mejor trabajamos los artistas. Es con la herramienta del arte que proceso lo que nos está ocurriendo. Si no pudiera crear, me subiría por las paredes.
¿Cuál sería el primer museo que le gustaría volver a visitar en cuanto sea posible? El primer museo que quiero visitar es el que ofrece la naturaleza. Estoy soñando con estar en el exterior, en espacios abiertos, horizontes amplios y disfrutar de la infinita riqueza que ofrece el entorno natural.
