Vincent van Gogh pintó El segador (después de Millet) en 1889 el mismo año en que se marchó de Arles y se ingresó voluntariamente en un psiquiátrico. Se trata de una de las diez pinturas que hizo tomando como referencia la serie de dibujos Los trabajos del campo de Jean-François Millet, siete de las cuales se conservan hoy en el Museo van Gogh de Amsterdam, quedando las otras dos aún en manos privadas. Su hermano Theo le había regalado un año antes los grabados que Jacques-Adrien Lavielle había hecho de la serie de Millet y que inspiraron al ‘loco del pelo rojo’. Dándole la espalda al espectador, inclinada mientras trabaja la tierra, la figura masculina se contrapone al radiante cielo azul y los trigales amarillos inconfundibles de Van Gogh. Hoy busca dueño en la sede londinense de Christie’s por un precio de 14 a 19 millones de euros.