Primera gran retrospectiva que se realiza fuera de Japón sobre el trabajo de Tetsuya Ishida (Yaizu, Shizuoka, 1973 – Tokio, 2005), un artista de culto en su país, que en su corta carrera reflejó con incisiva lucidez las amargas consecuencias de las sucesivas crisis que perturbaron la economía mundial a partir de 1973 y, más concretamente, el momento de recesión que vivió el país del Sol Naciente tras el estallido de la burbuja especulativa en 1991. En tan solo diez años de actividad –falleció a los 32 años de edad- Ishida produjo un formidable corpus de trabajo. Sus pinturas, dibujos y cuadernos son un testimonio excepcional del malestar y la alienación del sujeto contemporáneo, denunciando sin tapujos su deshumanización. El artista nipón desarrolló un poderoso imaginario repleto de personajes híbridos y máquinas antropomorfas que reflejan la soledad, la incomunicación y el aislamiento.