Ansel Adams parecía destinado a ser concertista de piano pero hacia 1916 comenzó a visitar cada verano el Parque Natural de Yosemite y aquella experiencia cambiaría su vida, además de convertirlo en un acérrimo ecologista. ‘El esplendor de Yosemite explotó ante nuestros ojos y fue glorioso. Una nueva era dio comienzo para mi’, escribió. Tormenta de invierno despejándose, Parque Nacional de Yosemite, California, fue inicialmente tomada en 1938, pero esta copia de 139 cm de ancho se hizo en la década de 1970. Adams escribió que el tratamiento mural era «necesario desde el punto de vista de la majestad y la fuerza dramática». Ningún otro fotógrafo de su época sabía más sobre fotografía que Adams. Escribió diez manuales técnicos, asesoraba a Polaroid y Hasselblad e incluso aconsejaba a Paul Strand y Edward Weston, sus amigos y compañeros de la Costa Oeste. Sin ese dominio técnico no habría sido capaz de hacer reaccionar su cámara a las condiciones rápidamente cambiantes del paisaje. Esta sublime panorámica, preciada entre 275.000 y 460.000 euros, se ofrece hoy en Christie’s Nueva York en beneficio de la Fundación Elton John para la lucha contra el Sida.
