La íntima conexión que existe entre el hombre y el animal ha inducido a grandes artistas de la era moderna a inspirarse en ellos, volviendo una y otra vez a las mismas criaturas para estudiarlas de forma casi compulsiva. Los animales actúan, en última instancia, como metáforas de cuestiones más profundas: la mortalidad, la memoria, la identidad, la religión y el cuerpo humano. El pintor Lucian Freud manifestaba: “Me interesan las personas en cuanto animales. Parte de mi afición a pintarlas desnudas viene de ahí… Me gusta que la gente se vea tan natural y físicamente cómoda como los animales, como Pluto, mi galgo”. Granja animal: musas bestiales y metáforas, comisariada por Susanne van Hagen, reúne 56 piezas que exploran el influyente papel, a menudo ignorado, que ha desempeñado el animal como fuente de inspiración artística. Creaciones de Pablo Picasso, Lucian Freud, Lynn Chadwick, Adrian Ghenie, Polly Morgan y Gavin Turk, entre otros, ilustran la historia del animal como musa, compañero, modelo y metáfora del arte de nuestro tiempo. [Imagen: Lucien Freud, Pluto a la edad de doce años].