La única artista española finalista del Premio Turner, en 2010, Ángela de la Cruz (La Coruña, 1965) estudió Filosofía en la Universidad de Santiago y en 1987 se trasladó a Londres, donde sigue residiendo, con la intención de dedicarse al arte. Allí completó su formación en el Slade College y en el prestigioso Goldsmiths College. De la Cruz conquistó al público y la crítica por primera vez con el proyecto Larger than Life una pintura pensada para ser expuesta en la pista de baile del Royal Festival Hall, una obra monumental que para pintarse necesitó de un ejército de asistentes en un antiguo astillero de Woolwich, y se expuso estrellada en la sala, la artista dijo entonces que era como una mujer enorme que no podía bailar y se había caído al suelo.
Hace cuatro años, mientras estaba embarazada, De la Cruz sufrió un ictus cerebral mientras preparaba una gran muestra en Lisboa. Su hija nació mientras ella estaba en coma, y su recuperación ha sido lenta pero la pintora se considera “una curranta, una trabajadora nata y en esto hay que tener paciencia”. Tras un largo paréntesis, con la ayuda de sus asistentes, porque desde el accidente se mueve en silla de ruedas, comenzó a trabajar de nuevo, y el resultado es Transfer una exposición que ahora presenta la galería Lisson de Londres y que antes había podido verse en Madrid, en la galería Helga de Alvear. “La exposición de Madrid fue un pequeño acercamiento a mis nuevos trabajos –nos comenta–. Estoy especialmente contenta con la pieza Transfer with Sofa, porque refleja muy bien mi nuevo trabajo”.
En 1996, la gallega comenzó a romper los cuadros. El lienzo, junto con el bastidor y a veces el marco incluido, se arruga, se deforma, se pliega y, finalmente, se rompe. A simple vista, sus pinturas parecen haber sufrido algún tipo de acto vandálico.
Lienzos seccionados, retorcidos y quebrados, cuelgan de las paredes como trofeos macabros, y esta profanación deliberada y sistemática tiene una finalidad: “Desde el momento en que atravieso el lienzo me deshago de la grandiosidad de la pintura” ha dicho De la Cruz.
Dentro de su objetivo por alcanzar lo escultórico, un paso fundamental fue la incorporación de objetos, muebles, que, en general, habían sido encontrados o recuperados de la calle. Así, las sillas prolongan sus patas con prótesis burdas y evidentes que hacen casi imposible el equilibrio, los armarios se arrugan para intentar confinarse en cajas demasiado pequeñas para ellos y las estanterías se pliegan como un acordeón al chocar con el suelo. Se ha hablado del reflejo de su biografía en relación a las acciones que sufría su obra, en otras, De la Cruz ha llegado a afirmar que veía el bastidor como “una extensión” de su propio cuerpo. Su obra utiliza el color de una forma muy determinada al escoger tonos en el límite del feísmo, inquietantemente rozando el desagrado. También hay que destacar el sentido del humor, socarrón, con que la artista contempla su propia obra y que se pone en evidencia en títulos como Hung, Squashed or Deflated con los que casi parece que se burlara de sus creaciones. Ángela de la Cruz ha expuesto su obra de forma individual en el Candem Arts Centre (2010), el centro Culturgest de Lisboa (2006) y en el MARCO de Vigo (2004). Recientemente fue galardonada con el Paul Hamlyn Award.
¿Qué le motivó a instalarse en Londres en 1987?. ¿Qué tiene esta ciudad que le hace sentirse libre?
La música y la juerga. Muchos de mis conocidos se iban a Londres y yo hice lo mismo. La variedad de culturas, la oferta cultural, las tiendas… aquí hay mucha diversidad, gente de todo tipo y de todas partes del mundo. Los barrios son muy diferentes entre sí.
¿Cómo fueron sus inicios?
Al principio no tenía ni un duro y tuve que hacer todo tipo de trabajos, desde limpiadora a camarera.
Después de estudiar un máster comencé a dar clases de arte en algunas universidades. Y desde allí hasta aquí…
¿Con qué obras captó el interés del mundo del arte por primera vez?
Ashamed y Larger than Life fueron muy importantes.
¿Se relaciona con otros artistas? ¿Hay artistas en su círculo privado de amigos?
Sí. Tengo amigos artistas pero también muchos otros que no tienen nada que ver con el mundo del arte.
En Londres usted ha tenido estudio en diferentes zonas (King’s Cross, West End…) ¿Ha influido este cambio de ambiente de alguna forma en su obra?
King’s Cross me influyó mucho, era un sitio bastante salvaje: prostitutas, drogadictos, hooligans…¡había mucho movimiento la verdad!.
¿Quiénes son sus mayores influencias?
Mis inspiraciones son muy diversas: desde la moda en general, adoro Liberty, la tienda de ropa de Regent Street, las pinturas negras de Goya, el arte povera, Luc Tuymans, El cine me encanta: Buñuel, Tati, el cine italiano, Lars von Trier, Werner Herzog… la literatura, la filosofía, especialmente Jacques Derrida. La cultura en general y los acontecimientos del día a día. Me gusta estar informada.
Muchas de sus primeras obras de los 90 tenían títulos como Avergonzada o Nada. ¿Por qué este trasfondo pesimista?
Nunca vi este pesimismo. De hecho, creo que mi trabajo es, ante todo, optimista. Lo que hago es desarrollar un lenguaje artístico.
¿De qué manera su accidente ha afectado al discurso de su obra?
Ha afectado a mi manera de trabajar, a la producción de mis obras. Tengo más limitaciones que antes pero ahora voy al grano, no tengo tiempo que perder.
¿De qué forma ha afectado a su vida, y a su carrera ser finalista del Turner?
Me hizo muy feliz la nominación, fue un gran reconocimiento a mi carrera. Pero estoy un poco harta del interés mediático. Hay artistas que lo rechazan porque tanta presión mediática puede afectar a tu obra y a tu vida privada. Hay muchos artistas muy buenos que nunca han sido nominados, supongo que es una cuestión de suerte.
¿Cómo elige los colores y las dimensiones de sus obras?
Utilizo los colores que están de moda y que veo en la fashion. Las medidas se refieren a mi cuerpo. Suelen ser muy biográficas.
¿Qué importancia tiene el reciclaje en su obra?
Es fundamental. A mi no me gusta tirar nada. Por eso pinto siempre con los mismos colores y las mismas medidas para poder reutilizarlos en futuras obras.
Coleccionista
“Me gusta coleccionar trabajos de artistas jóvenes. Los artistas maduros tienen que apoyar a los que están empezando. ¡Las condiciones actuales son muy difíciles para ellos!. Me encanta el trabajo de una chica escocesa que se llama Hayley Tompkins.”
Muy personal
“Me apetece mucho ver la exposición de Pino Pascali en Camden Arts Centre. Mi sitio favorito de Londres es Portobello Market. El mercado de Sheperds Bus, también está muy bien.”
J. Kunitz