«Soy mujer, me siento mujer y me preocupa lo que les pasa a las mujeres. Mi mirada es femenina y la colección refleja mi visión personal sobre los temas que me interesan” así presenta su colección Alicia Aza. Recientemente, en el contexto del Festival Miradas de Mujeres, la Fundación Lázaro Galdiano de Madrid exhibió una selección de sus obras más representativas firmadas por artistas como Amparo Sard, Cecilia del Val, Sophie Whetnall, Kiki Smith, Aino Kannisto, Manu Arregui, Erwin Olaf, Francesca Woodman o Richard Billingham. Vanessa García-Osuna
¿Recuerda su primera experiencia memorable con el arte? Mi experiencia con el arte viene del ámbito familiar. Crecí en un entorno en el que había gran sensibilidad e interés por el arte y la cultura. No puedo hablar de una primera experiencia, pero sí recuerdo mi primera visita, siendo muy peque- ña, al entonces Museo Español de Arte Contemporáneo (MEAC) en compañía de mis padres.
¿Cuál fue su primera (gran) adquisición? ¿Cómo decide formar una colección? El punto de partida fueron dos piezas que mis padres me regalaron en 1992. Aún hoy me gusta contemplarlas para no olvidar (eran de Eusebi Vila, Jorge Pedraza y Cesar García Pola). No fui consciente de que estaba coleccionando hasta muchos años después, cuando un tercero me nombró como coleccionista y habló de mi colección. En 2005 tomé conciencia de lo que supone coleccionar y decidí articular una colección con una identidad de criterios y soportes.
¿Qué le llevó a centrarse en la fotografía y el vídeo? Me atrae que sea arte reproducible. No persigo la pieza única. Supongo que son decisiones que encuentran su justificación en diversos aspectos. Muchas lecturas, como leer a Benjamin fueron decisivas, pero también experiencias como asistir a una sesión de vídeo inesperada. Visitar museos y galerías y comprobar que el vídeo iba tomando cada vez una presencia más significativa. Darme cuenta del grado de complicidad que encierra el vídeo. La facilidad de su almacenamiento y el concepto del “tiempo” como factor necesario para relacionarte con él. Tiempo es, justamente, de lo que carecemos en esta sociedad actual que exige inmediatez. El vídeo me recuerda que hay que parar y contemplar para luego reflexionar.
¿Cuál es su percepción del mercado español de la fotografía y el video? No me interesa tanto el mercado como que se estén haciendo cosas interesantes que inviten a la reflexión. El momento actual en España no puede ser más propicio para ello. Tenemos muy buenos artistas que se mueven en las dos disciplinas. El problema lo tenemos los espectadores y nuestra falta de voluntad para hacer un esfuerzo con nuestra mirada.
¿Tiene su colección una temática común, una filosofía subyacente? Me interesan muchas temáticas. El paso del tiempo, la memoria, la naturaleza, el amor, la muerte, la incomunicación, lo íntimo, lo poético, la maternidad, el sexo, la identidad, lo antropológico, lo multicultural, el lenguaje y, en definitiva, todos los temas comunes al ser humano. Pero procuro que el hilo conductor para hablar de ellos sea la mujer, aunque no es una necesidad taxativa.
Además de abogada, usted es escritora y poeta. ¿Se refleja esta vocación literaria de alguna manera en su colección? La experiencia poética y la coleccionista comenzaron simultáneamente. Utilizo mi poesía y la actividad de coleccionar arte contemporáneo para expresarme. Las dos experiencias están relacionadas. Mis versos van saltando a las piezas de mi colección y viceversa.
¿Qué obras o artistas tienen un significado especial para usted? Los trabajos de creadoras como Pipilotti Rist, Marina Abramovic, Shirin Neshat o Louise Bourgeois me resultan especialmente inspiradores, a la vez que inalcanzables. Me interesan todos los artistas cuyos trabajos forman parte de mi colección, pero nombrar sólo a unos sería injusto pues me siento cómplice de todas las obras.
¿Qué trabajos considera las “piedras angulares” de su colección? Todas son importantes y responden a una identificación personal en un momento dado de mi vida. A una pasión concreta, a un recuerdo. Lo que evoluciona es la mirada y las exigencias. Intento que haya una coherencia en mi colección y entre la colección y yo misma. Coleccionar es una forma de expresión y una proyección de mi misma.
¿Ha encargado alguna obra? No, nunca lo he hecho.
¿Podría compartir con nosotros un recuerdo especial con algún artista? Puedo compartir la satisfacción de poder contar hoy en mi círculo de amistades más cercanas con muchos artistas y eso supone un largo camino recorrido.