Mujer sentada, vestido azul, punzante retrato que Picasso hizo de su amante Dora Maar, lidera la venta que se celebra hoy en Christie’s Nueva York con una valoración de 33 a 47 millones de euros. Pintado el 25 de octubre de 1939, el día del cumpleaños del artista, justo después del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, está imbuido del carisma, las distorsiones y la tensión que definen los grandes retratos picassianos de Dora. El romance se inició en los últimos años de la relación del malagueño con Marie-Thérèse Walter, una muchacha joven, rubia y atlética, de carácter optimista y dulce. Dora era lo opuesto, una mujer compleja y conflictiva, una intelectual y artista por derecho propio. Fue una compañera que se situó en el mismo plano que Picasso, pues, cuando lo conoció, ella ya se había hecho un nombre en los círculos surrealistas. Picasso la retrató a menudo llevando uno de sus característicos sombreros, un detalle que permite distinguirla a primera vista del resto de musas picassianas.
