Tras su paso por el espacio independiente de arte contemporáneo Nadie Nunca Nada No de Madrid y por las salas de arte TEA del municipio de Candelaria, Carlos Rivero (Tenerife, 1964) presenta en el TEA Tenerife Espacio de las Artes, en el contexto del ciclo Filtraciones, la muestra Dulces Sueños, que reúne una selección de acuarelas y dibujos recientes. “El hilo conductor de mi obra es el cuerpo, de hecho, un cuerpo en conflicto, y Dulces sueños supone una especie de reconciliación, un regreso a lo plácido. Considero toda mi pintura como una especie de autorretrato en la que hablo continuamente de mi sexualidad, de mi modo de estar en sociedad o de mis propios conflictos psicológicos”, ha declarado el pintor tinerfeño.
Rivero cursó Bellas Artes en la Facultad de La Laguna y terminó sus estudios en la Universidad Complutense de Madrid por la especialidad de grabado. Su trabajo se ha mostrado regularmente en exposiciones individuales y colectivas en galerías y salas de arte, así como en numerosas presentaciones institucionales.
“Al visitar el estudio del artista Carlos Rivero o al acudir a sus últimas exposiciones caemos en la cuenta de hasta qué punto su pintura permanece siempre más allá de toda experiencia previsible, pues el caudal del que se nutren sus imágenes mana desde la tierra primitiva de un mundo obsesivo, mágico, tenebroso y oscuro. El pintor es un visionario capaz de traer hasta nuestra mirada imágenes sólo entrevistas en los sueños más imprevistos y angustiosos, o en las páginas de un libro de Gérard de Nerval. La pintura de Carlos Rivero no pretende gustar a nadie; huye de la complacencia como aquél que teme la peste. Sus colores, malolientes, terrosos, macilentos, nacidos del vómito de la conciencia, muestran ante nuestros ojos la náusea y la podredumbre de los cuerpos. Pero también insinúan, con su llama doliente, nacida desde el fondo, las luces incandescentes de lo sagrado”, sostiene Isidro Hernández, responsable curatorial de la muestra junto con Ramón Mateos y Mateo Maté. Éste último señala que: “Estos trabajos de Carlos Rivero muestran el eterno esfuerzo por reconciliar nuestro ego entre nuestros deseos y la realidad social, entre lo delicado y lo violento, entre el trabajo cuidadoso y el azaroso. Son una mezcla entre ternura y sadismo, surgidas de forma libre.”
En paralelo a su faceta pictórica, Rivero destaca por su labor como editor de libros de artista. Bajo el sello Carne, ha editado una decena de entregas de libros de artistas, prueba de su incansable experimentación en el terreno de la pintura y del dibujo. Asimismo, Carlos Rivero ha desarrollado, desde hace varios años, trabajos de vídeo-creación, estableciendo vasos comunicantes entre las obsesiones y los seres que habitan su pintura y estas nuevas creaciones ideadas para la pantalla y las imágenes en movimiento. [Hasta el 1 de diciembre. TEA Tenerife Espacio de las Artes. Teatenerife.es]
