La primera infancia de Lita Cabellut (1961) tuvo tintes dickensianos hasta cuando, a los doce años, fue adoptada por una familia catalana que le inculcó el amor por la cultura, en especial a los maestros españoles del Museo del Prado que serían una especie de faro en su vida mostrándole el camino a seguir. Con 19 años se mudó a Holanda matriculándose en la Academia Gerrit Rietveld de Ámsterdam. Afincada en los Países Bajos desde entonces ha construido una exitosa carrera internacional que la ha consagrado como una de las pintoras contemporáneas más admiradas. El reconocimiento le ha llegado por sus retratos monumentales en los que lleva a cabo una sorprendente fusión de técnicas tradicionales y modernas. La artista nacida en Sariñena (Huesca) despliega una creatividad desbordante que ha encauzado no solo hacia la pintura sino también a la escultura, la fotografía, la instalación, el vídeo o la performance, sin excluir la escenografía operística, la ilustración, la obra gráfica e incluso la poesía. Las recientes movilizaciones feministas contra el régimen de los ayatolás le han inspirado una serie de retratos con los que, simbólicamente, ha querido “cortarse el pelo” en solidaridad con sus congéneres iraníes. [Virginia Villalobos. Foto: Carlos Manuel Sánchez]
