Compró la primera pieza para su colección de arte asiático en uno de sus viajes a China cuando solo tenía 16 años y con ella se fue consolidando su pasión por Asia. Désiré Feuerle, coleccionista alemán, tiene una de las colecciones privadas más importantes de arte asiático: piezas procedentes de China, Camboya, Tailandia, Birmania y Vietnam.
Una parte de su importante colección pudo verse en la exposición que organizó la Fundación Francisco Godia en Barcelona de arte jemer, un arte que cautiva por su elegancia y su serena espiritualidad. Otra parte de su colección, el mueble chino, tanto imperial como erudito, se mostró en la Fundación Marcelino Botín en Santander. Con una simpatía natural, Désiré Feuerle habla con apasionamiento de su colección.
El imperio de los reyes jemeres extendía sus fronteras desde Tailandia y Laos hasta el Mar de China, siguiendo el curso del río Mekong. En este inmenso territorio, la escultura jemer combina elementos de procedencia hindú con algunos elementos de las tradiciones locales. Entre los siglos X y XIII, Angkor era la capital del imperio jemer. El mayor templo de la zona es del de Angkor Vat, levantado a mediados del XII bajo las órdenes del rey Suryavarman II. Los santuarios de Angkor, junto con los de Bayon y Banteay Samrè, fueron los exponentes más emblemáticos de la cultura jemer.
¿Cómo empezó su colección de arte asiático?
Desde muy joven he viajado por los países asiáticos fascinado por sus culturas. La primera pieza que adquirí fue un caballo chino de la dinastía Ming, cuando tenía 16 años en Hong Kong.
Después seguí comprando en Nueva York y muchos otros lugares del mundo.
¿Fue a esa edad cuando despertó su espíritu de coleccionista?
En realidad fue antes, porque con 12 años ya empecé a coleccionar llaves antiguas, y posteriormente inicié mi colección de plata.
¿Qué le atrajo de la cultura jemer?
Creo que es la más sofisticada del sudeste asiático, la más sensual y exquisita, sobre todo con respecto a la escultura; creo que está al mismo nivel que la escultura de Egipto y Grecia.
¿Cómo se distinguen los estilos de la cultura jemer?
En Camboya, cada rey marcaba su estilo específico y existen muchos de ellos, quince estilos diferentes. El estilo impregnaba los templos que creaba cada rey, con sus esculturas y elementos rituales.
¿Cómo se reconocen las distintas características de estas épocas?
El estilo, el cuerpo, la cabeza, el peinado, la vestimenta.
¿Se conservan también piezas de uso doméstico?
Sí, por ejemplo, joyería, candelabros, pasadores para el cabello de las mujeres, espejos ….
¿Dónde están las colecciones más importantes de arte jemer?
En Francia está el museo más importante de Europa, el Musée Guimet en París; en Estados Unidos, destaca la colección del Metropolitan Museum de Nueva York y la del Kimbell Museum en Forthworth, y a nivel privado hay que mencionar la colección Rockefeller y la colección Norman Simon. El arte jemer también está representado en el Rietberg Museum de Zurich, en el Museum für Indische Kunst de Berlín, y en el Victoria & Albert Museum de Londres.
¿Existen piezas de función funeraria?
La cultura jemer es muy sofisticada en cuanto a su preparación para la otra vida, como en Egipto o en China. Hay piezas que fechan del 3.600 a.C, que servían para almacenar arroz y comida para la vida del más allá.
¿Y su colección de mobiliario chino?
Para mí, los muebles de la antigua China son esculturas. Tanto los muebles imperiales, es decir, los creados expresa y únicamente para el uso del emperador, como los muebles ‘eruditos’, creados para y por los intelectuales, son de una simplicidad, calidad y modernidad extraordinarios. En la exposición de la Fundación Marcelino Botín, se mostraron muebles de los eruditos intelectuales de la Antigua China, que trabajaban dentro o fuera de la Corte Imperial, y en ellos se podían apreciar estas cualidades.
¿Algunas particularidades del mobiliario chino?
Una de las claves del mobiliario chino es que las partes que conforman cada uno de los muebles, en lugar de estar encoladas, están ensambladas de forma que no hay ningún clavo sino juntas, ingeniadas de manera muy precisa. Las proporciones del mobiliario chino son el secreto de cada uno de sus creadores, y la armonía de las piezas de gran calidad es lo más elegante para mí.
El lacado chino es otra característica del mueble chino. La antigua China inventó la técnica de la laca y consiguió unas calidades que son las más sofisticadas del mundo durante las dinastías Ming (siglos XIV a XVII) y Qing (siglos XVII a XIX). En esta época, la creación de un mueble de calidad excepcional podía durar tres años o más. Pero, sobre todo, yo veo en el mueble chino unas formas muy contemporáneas, debido a su simplicidad y minimalismo, y por eso los considero como esculturas.
No es raro que los artistas contemporáneos se inspiraran en el arte más antiguo…
Sí, en general, los buenos artistas contemporáneos sienten un gran respeto hacia lo antiguo. Por ejemplo, Juan Muñoz era muy amigo mío, le enseñé la cultura jemer y se apasionó enseguida con ella. A Eduardo Chillida le gustaba mucho el arte de la antigua China y con él organicé una exposición en 1992 en la que yuxtaponía sus lurras con cojines chinos de las dinastías Song (siglos X a XIII) y Ming. Y con Anish Kapoor, en 1991, organicé otra muestra en la que su obra dialogaba con terracotas de Bang Chiang, Tailandia.
¿Qué opina del boom del arte chino contemporáneo?
Soy muy crítico acerca del arte chino contemporáneo. China tenía una necesidad de crear sus propios héroes pero solamente algunos de ellos sobrevivirán al paso del tiempo. Hace años que sigo la obra de Zeng Fanzhi que ha desarrollado un lenguaje muy personal en su pintura. Y hay otros también interesantes pero ¡no puedo contarlo todo…!
¿Cuáles son las condiciones más importantes para ser un buen coleccionista?
Primero, la pasión. La segunda, tener buen ojo artístico, y la tercera, saber arriesgarse.
M. Perera